No es habitual que las noticias científicas en el ámbito de Baleares encuentren eco en los medios de comunicación; bien porque no tengan entidad suficiente, bien porque queden circunscritas a un ámbito profesional excesivamente reducido. No es el caso de la investigación que ha llevado a cabo el laboratorio de la UIB que dirige el doctor Félix Grases, quien ha liderado un estudio centrado en hallar un fármaco que evite las calcificaciones cardiovasculares en pacientes que están recibiendo tratamientos de diálisis.
De momento, el estudio clínico ha superado todas las fases previas y se halla a la espera de que pueda ser comercializado a partir del 2022. Concluiría así una tarea iniciada hace más de tres décadas, cuando se empezaron a estudiar las características de la molécula sobre la que se basa este nuevo medicamento. La comercialización, además, la llevaría a cabo la empresa biomédica Sanifit Therapeutics, también mallorquina, que este verano cerró una ronda de financiación que le inyectó 55 millones de euros.
Ahora, Sanifit ultima el estudio clínico. De momento, el fármaco experimental SNF472 -que es su nombre técnico- ha sido patentado y ha superado los estudios internacionales a los que ha sido sometido. Los análisis se han realizado durante un año en 274 pacientes de 65 hospitales y centros de diálisis de los Estados Unidos, del Reino Unido y de España.
En este caso, universidad y empresa han andado de la mano en el avance médico, con el añadido de que la empresa Sanifit surgió como un 'spin-off' de la propia UIB, lo que muestra la capacidad que tiene la investigación universitaria para materializarse en productos que solucionen necesidades no cubiertas. Una buena noticia que saca a la luz las -a veces- incomprensibles investigaciones científicas, pero que sobre todo debe alentar iniciativas similares que beneficien a los ciudadanos.