A lo largo de la próxima semana,
Estados Unidos conmemorará
diez años del paso del huracán Katrina por
Luisiana, el desastre natural más costoso en la historia del país, uno de los cinco huracanes más letales en Estados Unidos y, por encima de todo, un símbolo tanto del fracaso institucional a la hora de impedir una tragedia humana que dejó más de 1.800 muertos -- con un efecto particularmente devastador en la comunidad negra -- como del espíritu de reconstrucción en una ciudad, Nueva Orleans, que diez años después todavía pugna por recobrarse de los efectos de la tormenta.
En términos muy generales, y siempre tomando a Nueva Orleans como referente, hay marcados indicios de recuperación económica y demográfica: la ciudad alberga hoy a 385.000 personas, entre un 80 y 85 por ciento de los niveles previos a la tormenta. De igual modo también han subido los ingresos por impuestos. Sin embargo, un vistazo más cercano revela que la ciudad todavía está lejos de recuperar la normalidad, algo que se aprecia claramente en el aumento del coste general de la vida. Por ejemplo, el alquiler medio ha aumentado casi 300 dólares en una década -- de 698 dólares en 2004 a 925 en 2013 --, según el Data Center, en parte debido a que todavía hay 25.000 viviendas menos de las existentes en 2000. A ello se suman otros costes adicionales como el del seguro por inundaciones.
La ciudad ha experimentado una concentración poblacional a juzgar por un medidor bastante fiable como es la recepción regular del correo. En comparación con 2005, la mitad de Nueva Orleans se encuentra un 25% más vacía mientras que una cuarta parte - - en los distritos habitualmente más turísticos, como el Lower Ninth Ward-- se encuentra un 25 por ciento más llena de gente. El humor oficial es, de todas maneras, exultante. El actual alcalde, Mitch Landrieu, no dudó en declarar el pasado mes de mayo que la ciudad "ni ya está recuperándose, ni ya está en reconstrucción". Para el presidente de la ONG para el desarrollo económico de la ciudad Greater New Orleans, Michael Hetch, se trata de "una de las mayores recuperaciones urbanas de nuestras vidas", hizo saber al 'NYT'.
CUANDO SE ROMPIERON LOS DIQUES
Un vistazo a la cronología de respuesta al 'Katrina' no parece evidenciar lentitud de respuesta: la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, declaró el estado de emergencia el 26 de agosto -- tres días antes de que 'Katrina', que siquiera había alcanzado la categoría 3, tocara tierra -- y solicitó al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la declaración de emegencia federal, cosa que sucedió un día después. Nada hacía presagiar la situación en la que se iba a encontrar la ciudad el 1 de septiembre, en mitad de un estado de anarquía, con el alcalde Ray Nagin lanzando un "SOS desesperado" y miles de evacuados "muriéndose" en el estadio Superdome. Parte de las respuestas se encuentran en un devastador informe de la entonces republicana Cámara de Representantes emitido en 2006, que sentencia el 'Katrina' como "un fracaso nacional, una abdicación de la más solemne obligación de responder al bien común a todos los niveles --individual, corporativo, filantrópico y gubernamental--". El informe señala la ruptura de los diques de contención del río Mississipi y el lago Pontchartrain como causa fundamental de la fallida respuesta de emergencia al 'Katrina'. Los primeros indicios comenzaron a aparecer durante la mañana del 28 de agosto. La ruptura fue confirmada por los especialistas ese día por la tarde, ocho horas después de que el alcalde Nagin ordenara la evacuación inmediata de la ciudad.