El centro ya no existe. La derecha y la izquierda no quieren más partidos centristas que les quitan votos en cada extremo. Los que vivimos el nacimiento de nuestra democracia, lo hicimos desde una perspectiva de centro. De hecho, durante varias legislaturas vimos como los centro/derecha y centro/izquierda conseguían representación en las instituciones. Ahora ya no.
La muerte de Ciudadanos y el descalabro del Pi, ha dado paso a Vox. Y el PP, intenta vender su parte centrista, pero no lo consigue. Qué es el centro, me pregunto y no encuentro respuesta. A mí, me gustan muchas cosas de los dos extremos. Pero cuando intento encontrar el punto intermedio, me pierdo. Después de tantos años, tenía razón Machado, una de las dos Españas me parte el corazón.
En la época de Alfonso Guerra, el PSOE ya estudió la manera de hacerse con votos del PCE y de los primeros partidos regionalistas, ahora calificados de nacionalistas. Es más fácil conseguir pocos diputados, que una mayoría absoluta. En Baleares, acuérdense de UM. Si María Antonia Munar, no hubiese cometidos los delitos por los que fue condenada, ahora sería más fuerte que VOX.
Incluso, hubiese conseguido los votos del PI. Pero, dónde está el centro. ¿Vale la pena votar al centro? ¿Tiene el centro vocación de gobernar? ¿Y cuándo tenga que Pactar, con quien lo hará? Con unos y con otros, sería una equivocación. No pactar gobierno, y solo apoyos concretos, dejaría sin cargos a los militantes. Y al final, quién quiere ser el líder. Cuando leo lo que han dicho los antiguos alumnos de U.M., veo muchas ganas de mandar. Aquí mando yo. Bueno, yo doy la cara y la que mandará será Munar. ¿Y el Pi? Adónde va después de cargarse a Meliá. El centro en Mallorca, pasa por los ideólogos del PP, los regionalistas del PI y los desencantados del PSOE. Unir tantas familias es casi imposible.
A lo máximo que puede aspirar el centro es a llegar a tener 4 o 5 diputados en el Parlament Balear. Eso significaría la misma proporción en el Consell de Mallorca y por concreción 3 regidores en Palma. Y con eso no basta, para responder a las aspiraciones de los mallorquines que quieren una representación verdaderamente regionalista. Ni derechas ni izquierda: mallorquines. Y si fuésemos ambiciosos, lo mejor sería conseguir uno o dos diputados nacionales.
Acuérdense de lo mucho que han conseguido siempre los canarios. Pero para eso, hay que tener un programa político. Uno de verdad. Hay que conocer que piden los residentes, y que les ofrece el centro. Hay que hablar del aeropuerto y del puerto. Hay que hablar de los problemas de los funcionarios. Hay que limitar el turismo y la sobreocupación humana. Hay que ofrecer soluciones al problema de la vivienda. Defender el comercio tradicional y luchar contra el intrusismo, sobre todo de las ilegalidades de empresas extranjeras, que vienen a hacer su agosto, durante todo el año, en Mallorca. Ya sé que eso es lo que propugnan desde el PI, pero carece de fuerza.
Hay que ser más valientes, más reivindicativos. Los que añoran U.M., que se afilien a un partido que ya exista. Su hora, ya pasó. A los del PI, que se aclaren. A Toni Gil le deseo lo mejor, y que el mes que viene, que creo toca convocar Congreso, sume y no divida. Una y no separe. Que sea mallorquín, pero que sea l’amo, no es señor. Que de esos ya hemos tenido bastantes.