Dolor, mucho dolor
domingo 21 de septiembre de 2014, 18:59h
El Mallorca vivió ayer la sensación del agricultor que espera que lleguen las primeras lluvias, sonríe cuando caen algunas gotas, se preocupa porque empieza a llover demasiado y acaba maldiciendo que la tormenta haya destrozado su cosecha.
El equipo pasó de un resultado imponente, de tener la percepción que se había sacudido en media hora toda la crisis deportiva e institucional que le azota, a mostrarse como una caricatura. Otra vez.
La secuencia de resultados es mala, muy mala. Y el dolor en el mallorquinismo es grande, muy grande. Todo apunta a que el Mallorca va a vivir uno de sus años deportivos más duros. Y eso, atendiendo a lo que sucedió la pasada temporada, ya es aventurar algo muy negativo.