Si hace unos días que se habla de Messi, ahora son los diseñadores italianos Dolce y Gabbana los que han sido condenados por el Tribunal de Milán a un año y ocho meses de cárcel por un delito de evasión fiscal.
Cerca de 1.000 millones de euros son los que los modistos habrían evadido de impuestos en Italia al crear una sociedad con sede en Luxemburgo bajo el nombre de Gado pero gestionada desde Italia. Según la Fiscalía que lleva estudiando el caso desde 2007, las ganancias de la marca tributaban en el extranjero y no en Italia, donde deberían de haber pagado los impuestos.
A parte del delito fiscal, los acusan de ceder las marcas que son parte de su imperio a la sociedad Gado por una cifra inferior al valor real. Las vendieron por 360 millones cuando en realidad están valoradas en 700 millones de euros.
Se trata de una sentencia de primera instancia por lo que los diseñadores recurrirán el veredicto en apelación.