Diego torres ha escrito un libro, del que se van conociendo detalles a falta de menos de dos semanas para el inicio del juicio más mediático que se recuerda: el del Caso Nóos, y que empezará en Palma el 11 de enero.
El próximo 11 de enero Iñaki Urdangarín y su exsocio, Diego Torres, volverán a verse las caras ocho años después de su última conversación. Ambos se sentarán en el banquillo de los acusados junto a sus esposas, la Infanta Cristina y Ana María Tejeiro Losada.
A dos semanas escasas de enfrentarse al juicio más mediático de nuestro país, Torres prepara la publicación de su libro La verdad sobre el caso Nóos, un texto en el que desgrana su punto de vista sobre todo lo acontecido y que ya ha comenzado a desvelar en exclusiva para Vanity Fair.
En este, además de dar algunos detalles de la vida privada de la Familia Real Española, explica el que podría haber sido el acontecimiento que hundió al por entonces Duque de Palma, su descarte como futuro presidente del Comité Olímpico Español. Y es que según relata Torres a la publicación "Marichalar era su gran obsesión". "Su referencia siempre era: 'Yo no quiero ser un florero, yo no quiero ser Marichalar'. Lo tenía entre ceja y ceja. No quería ser un tío al que colocaran en cuatro consejos de administración para cobrar. Él quería ganarse la vida, no ser un títere. Por eso cuando lo apartaron de todo se sintió fatal", describe Vanity Fair. "Lo que de verdad quería Iñaki Urdangarín era ser presiente, primero del Comité Olímpico Español, del que era miembro desde 2002 y vicepresidente primero desde 2004, y luego del Comité Olímpico Internacional", recoge Vanity Fair en su entrevista con Diego Torres.
Pero como señala el exsocio de Urdangarín sus negocios privados ya habían comenzado a salir por esas fechas en la prensa, algo que iba en completamente en contra de su candidatura al COE. Después de esto, todo comenzó a marchar mal, Diego Torres lo explica así en La verdad sobre el caso Nóos: "Al final no pudo ser y él echó en falta que el Rey Don Juan Carlos le ayudara a conseguir el puesto. Estaba muy enfadado por eso", y añade: "La Casa Real lo aparto de todo lo que él quería hacer. Iñaki se volvió resabiado, amargado y pesetero. Como no aspiraba a nada supongo que decidido que iba a ganar dinero. Negocios en Jordania, México, en Portugal... Yo no estaba de acuerdo".