Me gusta Irán, me gustan los iraníes y aprovecho que hoy son las elecciones presidenciales para decirlo. Y es que estoy un poco cansado de que cada vez que se habla del país de los Ayatolá sea solo para echarle algo en cara como si se tratase de un nido de víboras.
Dicho esto me imagino ahora ante un acusador que se dirige a mi levantándome la voz..- O sea que le gustan las barbaridades que hacen sus amigos, ¿no? Le parecerá estupendo que ahorquen a los ladrones y presos políticos, que lapiden a mujeres, repriman los derechos humanos mientras enriquecen uranio.
Pues no, no me parece estupendo, faltaría más. Me parece muy mal, pero los pueblos, como las personas tiene más de una cara. Son poliédricos y darle la espalda a alguien porque no te guste una o varias de sus caras, por injusta que sea, es tomar la parte por el todo. Irán es una superpoténcia que incomoda a más de uno y por eso sufre desde hace años una campaña de descrédito internacional sin precedentes. Gran parte de lo que dicen de ese país es cierto, pero también lo es gran parte de lo que se oculta. Fíjense, por poner un ejemplo, en India, ese paraíso para millones de viajeros a los que no les molesta su bárbaro e inhumano sistema de castas, sus bombas atómicas o su pena de muerte. ¿Crees que occidente dejará de comerciar con China porque no respete los derechos humanos de sus ciudadanos? Y qué me dices de España, ¿se la conoce más por la corrupción o por la fiesta?... Y cuando piensas en Estados Unidos, ¿a que antes te viene a la mente el cañón del Colorado que todas las víctimas por arma de fuego?
Sin embargo cuando se habla de la antigua Persia pocos se refieren a la hospitalidad sin igual de sus habitantes, ni a que nos llevan miles de años de ventaja cultural, ni a sus poetas ni de lugares como Isfahan, Yadz, Persépolis o Shiraz cuya arquitectura quita el aliento y demuestra que tan bárbaros no deben ser si han hecho todo eso.
No nos engañemos; de Irán nos han amplificado los defectos y ocultado sus virtudes porque las informaciones de la república Islámica siempre nos las sirven sus enemigos. Nos hemos acostumbrado a que sea así y si tenemos que elegir versión no lo dudamos ni un segundo.
Recordarán que durante su mandato, Jorge Bush anunció que el programa nuclear de Iraní podía ser el desencadenante de una tercera guerra mundial. Cuando más tarde Estados Unidos desclasificó un informe que demostraba que sabían que el programa nuclear se había detenido años antes de las acusaciones de Bush, yo estaba en Irán de vacaciones. El asunto abría las portadas de la sección internacional y el editor del informativo en el que yo trabajaba por entonces tuvo la oportunidad de tener una crónica mía desde Irán y otra sobre el mismo asunto de un colaborador desde Estados Unidos. Adivinen cuál eligió.
