La primera llamada que recibe la Policía es la de un hombre, que asegura estar siendo agredido por su pareja. Mientras se dirigen al domicilio, reciben la segunda llamada: esta vez es ella, la presunta víctima, la que pide auxilio porque dice ser ella la que recibe golpes.
Al llegar, ella afirma que son pareja desde hace meses y siempre le exige dinero, ya que éste no trabaja. Al no dárselo, dice que ha enfurecido cogiendo una mesita y estrellándola contra el suelo. Además, declara que le ha pegado puñetazos en el vientre y muestra arañazos en el cuello.
Él lo niega todo y afirma ella tiene problemas con las drogas y que, al ser pillada llamando por teléfono al camello, y ser recriminada, se ha enfadado y le ha comenzado a pegar. Los arañazos, dice, que se los ha provocado ella misma.
En el piso viven ellos dos y otros dos mujeres. Una de ellas habría presenciado la pelea pero se negó a declarar.