Tras tener conocimiento de la posible existencia de una plantación de marihuana, la Guardia Civil inició una investigación hasta que los agentes constataron que se trataba de una vivienda urbana de dos plantas, en la que su único morador, un ciudadano español, ocupaba la misma.
Tras realizar diferentes labores de vigilancia, se registró el domicilio en el que se encontró una plantación “indoor de marihuana”, compuesta por 423 plantas, diferentes cajas con cogollos secos de la misma sustancia y bolsas de pequeñas dimensiones que contenían cocaína y MDMA, así como diferentes útiles para la elaboración, manipulación y distribución de las citadas sustancias.
Con el desmantelamiento del punto activo de elaboración, cultivo y venta de marihuana, la Guardia Civil ha dado por zanjada la alarma social que se había creado en Ariany dado que la persona arrestada era muy conflictiva y se había enfrentado a varios vecinos de avanzada edad de la localidad.
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