El robo tuvo que suceder de madrugada, ya que la mujer aseguró haberlo dejado todo perfectamente cerrado y protegido la tarde anterior. Al llegar por la mañana para retomar su actividad comercial, se percató de la sustracción del género.
Por ello procedió a la denuncia formal, valorando en 2.000 euros el importe de los efectos robados. En ese preciso momento se inició una investigación que derivó en la detención de una mujer apenas tres días después de la comisión del robo con fuerza.
A la detenida le constan numerosos antecedentes en relación a otros delitos de similar naturaleza.