Despropósito

Cuando todo avanzaba hacia la normalidad, con el equipo en buena ruta, Karpin relajado, los fichajes cayendo uno tras otro y los gestores tratando de buscar dinero, el Mallorca se ha estrellado contra la realidad de la competición. El Valladolid le ha escupido a la cara que tal vez debe olvidarse de pensar en ascender, que igual es hora de  sacar el cuchillo y luchar por no perder la categoría.

Resulta paradójico escuchar a los futbolistas y al propio técnico decir tras el partido que cuando cometes errores ante un rival “como este” lo acabas pagando, como si el Mallorca fuera un equipo de menor rango, confeccionado para salvarse. Es insólito y un mensaje muy peligroso.

Luego está el hecho de que los palcos de fútbol transforman a la personas normales en forofos irracionales. El discurso de Monti Galmés así lo pone de manifiesto. No va a ayudar, es evidente. Como tampoco que Karpin haya subido el tono ante la prensa en sus últimas comparecencias, mimetizándose en Luis Enrique. Las Palmas va a situar al Mallorca en una dirección o en otra, que nadie lo dude.