En la propuesta de proyectos financiados con el impuesto turístico aparecen, entre otros, el proyecto de recuperación del olivar en la finca de Raixa por parte del Consell Insular de Mallorca, por un importe de 250.000 euros y el proyecto del Govern Balear para la mejora de la calidad del litoral por importe de 1.500.000 euros.
Paralelamente el Consell Insular de Mallorca participa en el Proyecto Europeo BlueIslands y concretamente en el Proyecto Europeo de la D.I de residuos que entre otras cosas consiste en la recogida de muestras de varias zonas del litoral marítimo mallorquín, entre ellas la playa virgen de Sa Canova, y el estudio del impacto medioambiental de dichos residuos incluidos los vertidos de las instalaciones de aguas residuales. Imagino que dicho proyecto está convenientemente subvencionado por la UE.
Imagino también que en esa recogida de muestras de residuos, basura y examen de aguas residuales al final de la temporada (porque el proyecto está previsto para una duración de tres años) en la playa Virgen de Sa Canova, ha dado un resultado altamente positivo, o negativo según se mire. Es decir, el muestreo debe haber arrojado un resultado tan favorecedor para el medioambiente que el Consell Insular ha decidido y ha aprobado para la próxima temporada de verano, instalar unos inodoros públicos dentro de una caseta de madera en esa playa virgen. Eso si, serán inodoros de doble descarga porque a ellos les gusta proteger el medio ambiente.
El impacto medioambiental de esa fantasmagórica instalación, según reza la publicación del Consell Insular, será mínimo. Me pregunto que diferencia hay entre un impacto ambiental mínimo y un impacto ambiental a secas. Me pregunto también con que autoridad moral pueden, quienes son capaces de aprobar la instalación de dos inodoros en Sa Canova, solicitar subvenciones a Europa o dónde sea, para el desarrollo de proyectos medioambientales. Me pregunto en definitiva que autoridad moral tienen quienes con pies de elefante y en manada están convirtiendo la última playa virgen de esta Isla en otra playa cualquiera.
No tengo la más mínima esperanza de que esta avanzadilla destructora del litoral mallorquín en Sa Canova, Son Serra de Marina y Son Real no se consolide como en otras zonas del litoral que han acabado engullidas por hamacas, paseos peatonales e inodoros eso sí, de doble descarga. A cambio eso sí, nos darán más subvenciones en Europa porque tendremos más residuos para analizar y recoger en Sa Canova cuando ya no sea la misma.