Una vez más Italia se ve damnificada por una catástrofe que deja a sus espaldas a 38 muertos, 16 heridos y varios desaparecidos.
EL viaducto de 1182 metros de longitud y una altura de 45 metros, es uno de los más concurridos de Italia y se sitúa en el centro de una zona urbana, rodeado de centros comerciales y zonas residenciales, lo que hace que las posibilidades de que se produzca una gran tragedia siempre son mayores.
No obstante lo que me parece increíble es que, como ocurre en todos los países, los políticos utilicen estas catástrofes como arma arrojadiza contra el gobierno que lidera en ese momento y que salgamos todos a buscar culpables como locos, para cebar nuestra ira en ellos.
A su vez el vicepresidente italiano Luigi di Maio, aprovecha para culpabilizar a la empresa Autostrade, concesionaria de la autopista, indicando a los medios que el siniestro se podía haber evitado, si dicha empresa hubiera hecho bien el mantenimiento del viaducto.
Y yo me pregunto, ¿con declaraciones como estas que es lo que conseguimos, que la gente se sienta mejor?.
Es obvio que hay que buscar responsabilidades para que estas puedan ser subsanadas, pero realmente me parece injusto entrar siempre en este tipo de debate, una búsqueda de culpables y de apuntar con el dedo en el prójimo, para liberarnos nosotros mismos de toda responsabilidad posible.
Esto lo veo cada día en las empresas con las que trabajo, buscamos siempre cabezas de turco para liberarnos de cualquier consecuencia que se pueda tomar contra nosotros.
En ocasiones oigo como me dicen: “no vendemos más porque la competencia actual no me lo permite, porque el mercado está mal….etc, pero son muy pocas las personas que son capaces de responsabilizarse y asumir que el trabajo lo han hecho mal y que, sin dolo alguno, el error ha sucedido.
¿Se imaginan un mundo en el que todos pudiéramos asumir nuestra responsabilidad sin miedo a ser juzgados y a las consecuencias de las mismas?.
Si cada uno de nosotros fuéramos consecuentes con nuestros actos, posiblemente no nos viéramos en estas circunstancias totalmente absurdas, donde buscamos culpables a toda costa, en lugar de estar intentando ayudar a los damnificados de la forma más rápida posible.
Se que en ocasiones hablo de un mundo utópico en el que cada uno de nosotros mismos, tuviéramos la capacidad de hacer una propia lectura de los errores que cometemos y la capacidad de asumir la responsabilidad de los mismos, no obstante me encanta pensar que tal vez, en algún momento, podamos ser coherentes con los valores que decimos tener y que en el momento de vernos involucrados en algún suceso negativo, con consecuencias para nosotros, pudiéramos tener la capacidad de aceptar dicha responsabilidad.
Pero los seres humanos somos así y padecemos en “ombliguismo”, la capacidad de mirar y pensar solo en nosotros mismos, sin ver más allá de donde queremos ver.
Seguiré pensando que si tod@s hacemos un esfuerzo tal vez en un futuro podamos conseguirlo.