Desde que el nacionalismo catalán comenzó la fase final del proceso separatista se han multiplicado las agresiones a los catalanes que quieren seguir siendo españoles. Pero no sólo a los catalanes. Porque no sólo sucede en Cataluña. El que les escribe, primero desde Círculo Balear y ahora al frente del partido ACTÚA BALEARES, viene denunciando hace años que los ciudadanos de Baleares vemos menoscabados nuestros derechos a manos de elementos independentistas, al igual que en Cataluña.
Este proceso separatista se inició en las escuelas hace más de 30 años por un ejército de falsos profesores y verdaderos adoctrinadores ideológicos. Es en el ámbito de la enseñanza donde los peores enemigos de Baleares y España hacen y deshacen a su antojo como comprobamos, casi a diario, con nuevas denuncias, cada vez más escandalosas. Los padres que dejan a sus hijos en las aulas públicas, y concertadas, se arriesgan a que éstos sean víctimas de repulsivos fanáticos y resentidos: Banderas separatistas catalanas presentes en instalaciones educativas, mapas de los inexistentes países catalanes presidiendo salas, pasillos y páginas de manuales de obligado estudio, panfletos llamando a manifestaciones independentistas, canciones separatistas cantadas en los patios, prohibición de utilizar el español o el mallorquín (no el catalán) en las aulas, negación de la identidad cultural balear y castigos a alumnos que opinen lo contrario, camisetas verdes políticamente reivindicativas como uniforme de maestros, invitaciones a organizaciones radicales como la Obra Cultural Balear (OCB) para participar en actividades escolares, conferencias a alumnos a cargo de condenados por enaltecimiento del terrorismo, y una interminable lista adoctrinamiento que se lleva a cabo en las escuelas de Baleares. Y todo ello sin que estos mal llamados maestros y profesores sean sancionados por su continua ilegalidad. Mi reconocimiento y ánimo a aquellos profesores de verdad que mantienen al margen su ideología política en los centros educativos. Sois islas de libertad bajo la opresión nacionalista.
Es imprescindible para el futuro de nuestros hijos y de nuestro país depurar estas escuelas en manos de estos fanáticos indignos de la misión que jamás se les debió asignar: La formación de los niños. Debería aplicarse el artículo 155 de la Constitución en el sistema de enseñanza balear para devolverlo a la legalidad, como primer paso para que el Estado recupere esta competencia que jamás debió transferirse a las Comunidades Autónomas, y aplicar sin complejos un sistema de libre elección de lengua que propicie el “desadoctrinamiento“ actual. El miedo que la dictadura catalanista inflige a padres y alumnos debe acabar.