Que las apariencias engañas es conocido por muchos en diferentes situaciones, pero en esta ocasión se puede ver perfectamente con un ejemplo gráfico que liga varios elementos.
La vista ante o tras el vaso puede cambiar radicalmente el resultado final. Una metáfora de lo que les pasa a muchas personas no ante, sino antes de las copas y no tras sino después de las mismas a la hora de hacerse una idea de como es la persona que tienen delante.