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Defender la alegría

Por Margalida Colom
viernes 02 de junio de 2017, 03:00h

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La verdadera razón de poner este título y unos versos de Mario Benedetti en el artículo de hoy ha sido una muy mala noticia que he recibido de mi amiga del alma a través de whatsapp. La energía positiva que emanaba ha hecho que se pulsara el play en mi subconsciente y enseguida he parafraseado la canción a la que puso música Joan Manel Serrat:

“Defender la alegría como un atributo…” Los seres humanos poseemos cualidades propias que son partes esenciales de nuestra naturaleza como pueden ser el lenguaje y la inteligencia. El buen estado de ánimo, la satisfacción, la sonrisa…, deberían ser también un distintivo de la racionalidad y tendríamos que abogar por ello perennemente.
“…defenderla a pesar de dios y de la muerte” La mayoría de mortales ante la parca nos invade la tristeza porque nos da un miedo terrible lo desconocido y si existe un más allá, no se puede comprobar hasta que cruzas la línea que separa el mundo terrenal del mundo espiritual. Para unos, la muerte es el final de todo; para otros, es el principio de otra vida o la continuación de la misma. Lo cierto es que nos iguala a todos aunque nadie ha regresado nunca para contarnos qué hay después del oscuro túnel. Admiro a la gente de fe, que obtiene consuelo en la religión que profesa, y roza la felicidad con sus buenos actos y oraciones a un dios que cree omnipotente. Vivo, luego moriré; aunque mientras, sienta la alegría de vivir.

“…de los males endémicos y de los académicos” La sociedad actual está plagada de hechos negativos que se repiten frecuentemente, tales como la pobreza, la miseria, el odio, los celos, la envidia, el analfabetismo… En la parte normativa pecamos de pedantes, orgullosos y egocéntricos. El antídoto es el contento, el único remedio que nos puede salvar de los grandes males.

“…de los graves diagnósticos y de las escopetas” Cuando la pena se convierte en enfermedad se toca fondo y solo la lucha y el ánimo nos hace fuertes. Conozco demasiadas personas de mi entorno que tras una desgracia sufrida por un ser querido han enfermado. No existen palabras para definir este sentimiento que se agolpa en su corazón y destruye su cuerpo o su mente. Me siento una intrusa hablando sobre ello sin haberlo padecido en mi propia carne y las admiro porque todas han cruzado los dedos y han apostado de frente y con coraje por la vida. ¡Y qué fácil es para algunos acabar con ella con un arma en la mano! Enfrentamientos, guerras, batallas… ¡Menuda paradoja! Matar y morir es el único objetivo de los que no aprecian ni su propio ser ni el de sus iguales (animales racionales) cuando hay mucha gente que se aferra a la vida con uñas y dientes.

“…defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias…
…defender la alegría, defender la alegría.”
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