De bulos y pines parentales

Lo malo de que la extremísima derecha haya entrado en las instituciones es que ahora son ellos los que marcan el debate de lo que hay que hablar cuando a ellos les interesa. El más claro ejemplo lo estamos viviendo estos días con la artificiosa polémica del “pin parental”. En Murcia lleva gobernando el PP casi 25 años y nunca nadie acusó al profesorado por adoctrinamiento ni por las charlas de educación sexual. De hecho hay cero denuncias o quejas puestas sobre este tema. Entonces llega VOX y decide sembrar una polémica donde no había ningún problema y todos como verdaderos estúpidos picamos en su anzuelo y nos ponemos a discutir y debatir sobre un tema que ya hace años que estaba más que superado.

A los del partido ultra les da igual sembrar discordia y emponzoñarlo todo con su demagogia envenenada porque esa es su intención. Beben de las fuentes de Bolsonaro en Brasil y saben que aunque mientan como bellacos van a conseguir que haya mucha gente que realmente se crea sus bulos. Estos días nos han contado que a niños de 0 a 6 años les hacen juegos eróticos en el cole o han puesto videos falsos de falsas conferencias y han dicho que eso ocurría en escuelas de España y lo peor de todo es que no les pasa nada. Pueden mentir y manipular porque saben que no van a tener que pagar por ello. Vivimos en un estado de “fake” continuo y nadie hace nada. Hay que cambiar las leyes para impedir que las mentiras les salgan gratis.

Por si no nos bastara con los de VOX ha cogido Pablo Casado y ha vuelto a sacar su peor versión acusando al Gobierno casi de querer comerse a los niños o entregarlos a la revolución bolchevique para defender que los padres puedan impedir que eduquen a sus hijos en la tolerancia, el respeto y en una sexualidad sana y con cabeza. Hasta en el PP están asustados de ver a su líder siguiendo la senda más extremista asesorado por la peor versión de Cayetana Álvarez de Toledo que parece una infiltrada de Abascal entre las filas populares. La deriva ultraderechista ya se ha llevado a Ciudadanos por delante y nos ha dejado una mala caricatura de Inés Arrimadas y a este paso el monstruo del odio acabará engullendo también al PP como ya pasó en Francia con el Frente Nacional y la derecha gala.

Ahora ha sido el pin parental como antes fueron los inmigrantes invadiendonos o las feministas malvadas. Está en nuestras manos pararles los pies. Dejemos de darles tanta importancia. Dejemos de entrar en su juego perverso. Hagamos entre todos que estos cuatro años sean sólo un mal sueño. Al fascismo se le combate y no se le debate. Sólo desde la pedagogía, el discurso constructivo y la firmeza podremos vencerles.