Daltonismo
sábado 21 de septiembre de 2013, 09:11h
Corría la década de los ochenta. En el contenido curricular del primer año de la Licenciatura de Medicina y Cirugía se incluía la asignatura de Biología. En la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) podíamos elegir la lengua en la queríamos cursar los estudios. La mayoría de clases se impartían en castellano. Nos dispusimos a realizar la primera práctica. Estaba diseñada para explicar la teoría mendeliana sobre la herencia. Era el primer seminario que dirigía una voluntariosa e inexperta becaria pelirroja.
El test consistía en identificar los colores y diferenciar el verde del rojo. El 95% de los alumnos erramos el diagnóstico; donde veíamos verde la profesora veía rojo. Donde la profesora percibía rojo, nosotros apostábamos por el verde.
Tardó en reconocer lo más probable. Quien confundía los colores era ella y un solidario alumno de los 47 que asistíamos al seminario. Las leyes mendelianas, basadas en la meticulosa observación libre de prejuicios, se cumplían tal como están descritas. Su actitud, la falta de autocrítica, el aislamiento y su limitada empatía le impidió razonar, aplicar el sentido común y analizar con serenidad la situación que se le había creado en el aula.
La anécdota viene a cuento en la medida en que, con demasiada frecuencia, algunos identifican el posicionamiento mayoritario de un sector como interesado, malintencionado y erróneo sin contemplar otras posibilidades.
Hasta un 2% de la población es incapaz de diferenciar el rojo del verde. Es un trastorno hereditario muy conocido, llamado daltonismo o ceguera al color. El grado de afectación es variable y oscila entre la incapacidad absoluta para distinguir los colores y la dificultad para diferenciar algunos matices de rojo y verde.
El monocromatismo, es el caso más extremo y excepcional del daltonismo. Los afectados por esta alteración perciben toda la gama de colores como distintas tonalidades de un mismo color.
Donde se moviliza una imponente “marea verde”, algunos sólo con capaces de ver “rojos“.
Vivir para ver.
Foro asociado a esta noticia:
Daltonismo
Últimos comentarios de los lectores (4)
8721 | anonadado por tu CI - 23/09/2013 @ 20:53:33 (GMT+1)
aquí va una deficnición de ironía para to-dos: El término griego del que procede ironía, ???????a (eironeia) proviene de eiron, el pícaro o simulador, que finge ignorar aquello que conoce. Sócrates hizo uso hábil de la ironía para desenmascarar a los sofistas. Se acercaba a ellos, como un humilde aprendiz, y les interrogaba sobre cuestiones que, en teoría, dominaban. Poco a poco, con sus preguntas hábiles ponía de manifiesto la ignorancia de los presuntos sabios y presumidos sabihondos.
8710 | Irónico - 23/09/2013 @ 19:41:44 (GMT+1)
La ironía es captada por personas inteligentes, dudo que a quien/quienes parece que va dirigido el artículo sean capaces de apreciarla.
Buena anécdota y mejor conclusión.
8319 | Excelente - 21/09/2013 @ 13:58:15 (GMT+1)
Excelente artículo sabio serió con humor y de una gran lección a nuestros obtuso gobernantes
Enhorabuena
8304 | Francisco Fanjul - 21/09/2013 @ 10:01:56 (GMT+1)
Un artículo muy acertado, la verdad. Actualmente, las tensiones sociales (reales o ficticias) y el pre-condicionamiento al que nos intentan someter política y mediáticamente cual si fuéramos perros de Paulov hacen que, pocos sean los que mantienen una visión comedida y ajustada. Siguiendo el ejemplo, creo que vivimos en un país de daltónicos salvo excepciones.
|
|