Quedan cuatro días para no equivocarse de nuevo y leo por ahí, enre el habitual rosario de nombres, que uno de los jugadores por los que el Mallorca suspira es Xumetra, del Levante. Un centrocampista, un hombre de banda. Hago cábalas y veo que para ocupar esa posición pugnan Pereira, Brandon, Moutinho, Roigé y, a punto de recuperarse, Arana e incluso Campabadal, si tiramos de la filosofía del Chapi Ferrer. Seis jugadores para dos puestos y salimos a buscar otro, a no ser que, rota la negociación para prolongar su contrato, el club tenga otros planes para el de Santany. Sería muy fuerte. Ahora es cuando deberíamos preguntarnos el por qué de las prisas en vender a Marco Asensio.
A tenor del rendimiento de cada uno de ellos, las necesidades del equipo parecen otras porque, pese a contar con tres delanteros, –Acuña. Coro y Fofo- es evidente que la demarcación, aún con la reciente incorporación de Colunga, está coja. Hay cosas que no cuadran.
He visto las imágenes de Maheta Molango en Binissalem presenciando el partido que disputó el Mallorca B. También aparece uno de sus fichajes como ojeador, Aranalde, junto a miembros de la direccción deportiva, Gabi Vidal y Manolo Molina. No aparece, en cambio, Miguel Angel Nadal. ¿Estaba?. Y en referencia al nuevo consejero delegado aplaudo, lo mismo que censuré, su decisión de no sentarse en el palco presidencial el pasado sábado. Otra cosa es que quien represente al club sea un vicepresidente de adorno, como es en este momento el señor Galmés.
Volviendo a los refuerzos, se confirma que jugar en el Mallorca no ilusiona a muchos profesionales. Nada nuevo para aquellos lectores que se hayan entretenido con mis comentarios. Entre los muchos valores que ha perdido la entidad, está el orden y la seriedad que le caracterizaron en los albores del presente siglo. Y aunque el dinero siempre impone, aún quedan personas para las que no es lo más importante.
