¿Recuerdan la guerra sin cuartel del hambriento gato Silvestre y el no tan inocente canario Piolín? Pues en la vida real, lejos de las animaciones de Warner, parece que la cosa no está tan clara.
Un emotivo vídeo corre por las redes sociales. En él se ve a un minino, curioso él, tocando con su pata a un pajarillo, con cuidado, sin lastimarlo. Algunos lo han vendido como un gesto de amistad interespecies. Algo así como “cuando tu naturaleza es malvada, pero tu corazón te impide hacer daño”. Tal cvez la explicación sea más sencilla: el gato no tenia hambre.