El Govern de les Illes Balears ha decidido inyectar dinero público, proveniente de los impuestos que pagan todos los ciudadanos, en una pléyade de medios de comunicación cuyo único mérito es ser publicados en catalán. En total, 113.052 euros destinados a medios impresos y digitales de la Part Forana. El Govern no atiende a otro criterio que el idioma en que son editados, ignorando sus audiencias y difusión, cosa que sí se exige al resto de medios de comunicación que quieran optar por ayudas públicas o por difundir publicidad institucional, a quienes se obliga a someterse a una auditoría independiente que determine su audiencia y difusión.
Nadie pone en cuestión la conveniencia de incentivar el uso de la lengua propia de Balears, el catalán, en los medios de comunicación. Pero parece de todo punto desproporcionado inyectar hasta 7.500 euros de dinero público en un medio de comunicación del cual se desconoce el número de lectores que tienen. Se trata de cantidades tan importantes que se diría que más que ayudas públicas, son directamente la financiación de dichos medios, convirtiéndolos en medios públicos, pero sin que tengan que rendir cuentas en el Parlament, como hace el ente IB3.
Entre la asfixia económica a la que les sometió el Govern en la legislatura pasada, a costear de forma prácticamente íntegra sus gastos como hace el Ejecutivo ahora, hay un enorme trecho. Y en todo caso hay que denunciar que, tras esta inyección de dinero público absolutamente desorbitada, se percibe una voluntad política de congraciarse con medios afines, que supone una utilización perversa y espuria del dinero público. Porque insistimos, no se trata de ayudas, sino de costear íntegramente el funcionamiento de dichos medios, convirtiéndolos en medios financiados con dinero público.