“La Brileg [Brigada de la Legión] se halla inmersa en una situación que demanda una serie de medidas para paliar el sobrepeso entre su personal”, es la afirmación de un documento interno que publica el diario El País. Los legionarios más que lozanos están hermosos y hay que hacerles bajar de peso tras la Navidad. Así lo ha decidido el Ministerio de Defensa que dirije Maria Dolores de Cospedal que quiere mantener la figura y forma física de una de las unidades de élite del Ejército español.
Los mandos han tomado cartas en el asunto y han elaborado lo que denominan el Plan IMC (por lo de índice de masa corporal) que propone un plan de choque a base ensalada, fruta, verdura hervida y alimentos cocinados a la plancha. La estricta dieta se aplicará a los caballeros legionarios con un IMC superior a 27.
La dieta propuesta para los legionarios orondos pasa por un desayuno de yogur y fruta al levantarse y café o infusión con tostada y fruta a media mañana. Al mediodía se comerá un plato de ensalada (o dos platos “no llenos”), fruta o yogur y agua. Los legionarios pueden elegir para merendar entre un actimel o una pieza de fruta. Deberán adelantar el horario de la cena que constará de ensalada o verdura hervida con “algo a la plancha”.
Se les prohíbe la bollería industrial, se limita el consumo de cerveza, y se recomienda evitar frituras y alimentos industriales. La famosa leche de pantera, ni olerla. Y todo se complementa con un plan de entrenamiento de 48 semanas en cuatro fases.
La medida será de cumplimiento obligado e incluye que los legionarios con sobrepeso sean apartados de los desfiles militares hasta que consigan tonificar su físico. Incluso podrían ver penalizada su carrera: no participarán en misiones en el extranjero, dejarán de percibir premios o recompensas salariales... En el caso de que en un año no bajen de peso, serán examinados por un tribunal médico que evaluará su aptitud y que podría determinar su expulsión del Ejército.