Aprobar la Ecotasa supuso la pérdida de las elecciones al PSIB-PSOE de Francesc Antich (2003). O al menos esto es lo que se ha dicho siempre. Con la sacudida que supuso para el transporte aéreo los atentados de las Torres Gemelas, se le advirtió al dirigente socialista que era mejor no añadir un impuesto -que no tasa- que grababa directamente al turismo. No es que fuera un tributo expoliador, pero en ese concreto momento se le podía volver en contra como un boomerang. Sin embargo, como quien necesita colgarse una medalla de cara a los suyos, se obviaron las advertencias y se continuó adelante con la propuesta. Lo demás es harto sabido.
Vuelven a tropezar con la misma piedra los socialistas. En este caso en Ciutat. Esta vez no se llama Al Qaeda, se llama Covid-19, y viene decidido a amargarnos la temporada turística. Mientras estamos con la tensión en alto por ver cuántos damnificados se llevará por delante la crisis que ha provocado este coronavirus, Cort no ha rectificado en su decisión de prohibir los toldos de las terrazas. Así pues, si hace viento se padecerá el viento y si hace sol se estará al albur del astro rey. Y claro, los bares y restaurantes que tienen en sus terrazas un importante reclamo, le tienen al Ayuntamiento de Hila un cariño formidable ahora mismo.
Independientemente de que se esté de acuerdo o no con la decisión de los de Hila, éste no era el momento. La supresión de los “envelats” es meter la cabeza en la boca del lobo. Si baja la recaudación, como puede suceder si el calor no aleja el coronavirus de estas latitudes, quien más tiene que perder es el equipo de gobierno del Ayuntamiento, porque sobre él se podrán las miras al haber dificultado aún más la temporada. “No m’ajudis tant” dijo aquel.
Por si no le bastara la presión a los socialistas por las populares acusaciones de débil gestión de la amenaza del coronavirus y de no llevar a cabo de momento ninguna acción que evite despidos y EREs masivos, la imagen que están dando aquí es que más que ayudar están complicando la vida de una manera totalmente innecesaria en un momento de gran debilidad.