Cordones sanitarios selectivos

Desconocíamos la inquietud y curiosidad que ahora demuestra tener Més per Mallorca por lo que acontece en Castilla y León. De hecho, suponíamos que le tenía bastante tirria a Castilla, al castellano y por extensión, a todo lo español. Por eso extraña sobremanera que tras las elecciones autonómicas allí celebradas el pasado domingo, en las que ha ganado la derecha y la izquierda se ha pegado un trompazo de padre y muy señor mío, el lunes los dirigentes de la formación ecosoberanista sólo hablasen de aquella comunidad autónoma.

El delirio, sin embargo, lo aportó el portavoz parlamentario de Més per Mallorca, Miquel Ensenyat, al defender la aplicación de un “cordón sanitario” a Vox, alertando de los “peligros de blanquear el discurso de la extrema derecha”.

El expresident del Consell de Mallorca detalló que el “cordón sanitario” implica no debatir determinados temas con Vox en el Parlamento, como por ejemplo el modelo territorial. Teniendo en cuenta que esa es una cuestión que Més continuamente critica al plantear y pone en cuestión al defender el derecho a la autodeterminación, no se entiende su negativa a debatir sobre ello. A no ser que lo que realmente pretenden los ecosoberanistas sea silenciar a una formación que está en sus antípodas ideológicas, lo cual no parece muy democrático.

Es más, resulta un tanto perturbador que se defienda un “cordón sanitario” a Vox, pero a la vez en las últimas elecciones autonómicas en Euskadi se pidiera el voto para EH Bildu, la formación de izquierda radical independentista que es heredera del brazo político de ETA y que defiende a los terroristas presos y les homenajea cuando salen de la cárcel. Més per Mallorca considera que a EH Bildu (ante Batasuna) hay que votarles, pero a Vox hay que silenciarles.

Esta posición revela una atrofia moral grave por parte de Més, dispuestos siempre a ver fascistas por todos lados, pero a ignorarlos cuando son de su cuadrilla. El fascismo es fascismo siempre.