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Contradicciones en Podem-Mallorca

viernes 08 de agosto de 2014, 10:02h

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Los problemas han llegado al proceso organizativo de Podem-Mallorca. Su hiperedemocratismo a la hora de articular los diferentes círculos y el querer estructurar una organización estrictamente asamblearia ha creado fricciones importantes. En Manacor protestan airadamente de que "un grupito" de Palma se ha hecho con el control de la nueva formación antes de que se hayan decidido los nombres de los futuros integrantes de coordinadora de la isla. Además, ya hay acuerdo de que estos cargos directivos estén ocupados por diferentes personas con carácter "rotatorio".

Parece difícil que en la práctica pueda funcionar una organización tan fuertemente montada de abajo a arriba. Es tal la descentralización del poder que es lógico que al final algunos miembros sientan que un pequeño grupo lo controla todo, tal y como ha pasado en Manacor. En realidad, en este tipo de organizaciones, como en toda actividad humana en común, si una parte no se erige en motor será difícil que el colectivo pueda avanzar de manera conjunta y con objetivos claros a conseguir.

El rutilante éxito de Podemos en las pasadas elecciones europeas ha deslumbrado a buena parte de la sociedad. Es más: su expectativa de voto va creciendo conforme a los sondeos gracias a su éxito de mayo. Este éxito se debió en buena parte a las críticas de su líder Pablo Iglesias y al modo burocratizado de funcionamiento de los partidos tradicionales. Podemos se presentó como una oferta nueva, diferente y con afán transformador. Consiguieron aportar la sensación de que la democracia y la toma de decisiones llegaba por fin a la base social.

Pero en política lo más difícil es la práctica diaria. Ahora Podemos está organizándose ciudad a ciudad, pueblo a pueblo y barriada a barriada. Su democratismo llevado al último extremo convierte cada paso adelante en un camino plagado de problemas. Y les quedan muchos porque de cara a las autonómicas y municipales necesitarán miles y miles de candidatos en toda España y centenares en Mallorca.

Les queda mucho camino por recorrer y, sobre todo, encontrar el término medio entre garantizar la democracia interna desde las bases pero a la vez conseguir agilidad a la hora de lograr un buen funcionamiento, equilibrado y dinámico, de la organización.