El primer caso de coronavirus en Mallorca ha provocado honda preocupación en la sociedad balear. La confirmación se recibía a primeras horas de este domingo, después de que el Instituto de Salud Carlos III de Madrid realizase los análisis de las muestras remitidas por los equipos de Son Espases. El ciudadano británico, residente en Marratxí -ingresado junto a su familia desde el pasado viernes en el hospital de referencia de Baleares- se convierte así en el primer caso de esta enfermedad en nuestra comunidad y el segundo en todo el país.
Frente a la alarma que genera un caso así debe tranquilizar, sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos y la reacción ante el suceso; desde la responsabilidad mostrada por el propio paciente, al acudir al hospital junto con toda su familia, hasta la activación de unos protocolos sanitarios acordes con este tipo de emergencias y el tratamiento médico del caso. En este sentido, las propias autoridades sanitarias han calificado el caso como de "bajo riesgo", un caso que estaría en su fase final de evolución sin que se plantee su traslado a ningún otro centro.
La tarea, ahora, es la de reconstruir los contactos previos que tuvo el paciente por si hay alguna otra persona contagiada. En este sentido, cabe resaltar que el contagio del ciudadano de Marratxí no se produjo en España, circunstancia que también se produce en el otro caso registrado en nuestro país -el del paciente ingresado en La Gomera- quien también se contagió en el extranjero.
El Ministerio de Sanidad afirma que ambos casos positivos de coronavirus “no implican más riesgo en nuestro país”, especialmente porque los contagios se produjeron en Alemania y en Francia.
El miedo al contagio es razonable, pero conviene situar la alarma en su justa medida. Es cierto que la enfermedad suma muchos casos en poco tiempo, pero su índice de mortalidad es más bajo que el de otras epidemias recientes como el SARS o la gripe aviar. Y en términos absolutos, el número de fallecidos no llega al 1 por ciento de los que mueren por gripe común cada año.
Por ello, lo más aconsejable es actuar con calma, confiar en el sistema sanitario -desde la OMS hasta los profesionales de los hospitales locales-, no dejarse llevar por la desinformación y guardar las normas de higiene básicas recomendables para no ser víctima de esta o de otras enfermedades.