El tribunal ha tenido en cuenta que el joven reconoció los hechos y pidió perdón a la familia durante el juicio, así como la reparación del daño, después de que consignara antes del juicio la cantidad de 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil y encontrándose en situación de desempleo.
Por otra parte, la sentencia reconoce que el cuidador padece un trastorno de impulsividad que le impide una correcta valoración del daño, situación que podría considerarse analógica de intoxicación. Cabe recordar que durante el juicio, el ahora condenado argumentó que iba bebido y drogado.
La sala condena igualmente al joven a abonar 10.000 euros a la víctima en concepto de responsabilidad civil, de cuyo abono es directamente responsable la entidad aseguradora Zurich y subsidiariamente el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) responsable de la residencia en la que ocurrieron los hechos.
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