Según coach experto en el diseño vacacional las estrategias más inteligentes para unas vacaciones buenas serian: acumular experiencias S: serenidad, silencio, sabiduría o por lo menos mal yogurt, sabor, sexo, sueño u sonrisa que aumentan las idolatrada serotonina, dopamina y oxitocina y gestionar mejor las conductas R: resentimiento, rabia, rencor, reproche, resistencias, represión que facilitan desregulación del cortisol, hormona corrosiva para las células, que aumenta el envejecimiento. La atención es el santo grial.
Todo de lo cual somos conscientes, todo lo que aprendemos, todo lo que recordamos y olvidamos, depende de ella. Aquí la propuesta sería el tan famoso mindfulness. Y por favor absténganse de libros de auto ayuda, llenos de buen rollito y de mantras de autoindulgencia y auto jaboneo, la introspección blanda y light solo lleva a aumentar nuestro egoísmo exclusivo y a seguir considerándonos el centro de la galaxia. Renuncie a ser un proyector con patas que culpa a los demás de todo lo que a usted le pasa y asuma de una puñetera vez que la factoría de sus sentimientos, pensamientos y conductas es su cerebro emocional. Renuncie al mamoneo, el pezón a su edad, pequeño bulímico glotón, no es para mamar leche. Mejor le propongo que lo observe en su vuelo al cielo, escálelo una y otra vez y escuche la melodía. Supere de una vez su trauma y deje de buscar su cordón umbilical so mamón y reconozca que ni todas las tetas del mundo hubieran saciado su voracidad y su glotonería sin límite.
Dese cuenta de que no hay tecnología más perfecta que la piel humana, es la puerta de entrada a la música límbica. Dedíquese a observar los ombligos circundantes. Usted no es el único que tiene uno. Deje de extasiarse, mirando compulsivamente su ombligo, no es el más hermoso de todos, su pequeño agujero, es limitado y no sirve para reproducirse ni para cagar. Lo que menos necesitamos es cremitas e indulgencias: eso ya lo hace la naturaleza por nosotros. Salmos penitenciales, retiros en monasterios de oriente, realice el caminito del Rocío a cuarenta grados andaluces, el camino de Santiago pero sin llegar nunca al Obradoiro, cómprese un cilicio que aumenta la conexión cuerpo-mente. Realice ayuno ayurvedico. Y lea, por favor lea, a moralistas franceses, poetas barrocos, tratadistas de ascética: hay mucha literatura valida. Absténgase, eso sí de la tralla de la politiquería que esta des-orejada y en un climax de de-sustanciamiento nunca visto. En fin no tenga demasiadas expectativas en estas vacaciones e intente controlar el despiadado estrés posvacacional, que este año, me temo que se va a disparar, y al que le dedicare el próximo artículo. Bien, en el fondo se trata de no perder nunca el auténtico objetivo; construir nuestras vidas intentando que siempre haya alguien que nos pueda soportar, ya que muchas veces, somos incapaces de soportarnos nosotros mismos. Recordemos siempre que humillar a alguien es una forma maligna de okupar y seguir okupando, un lugar en su mente y de seguir ejerciendo el sadomasoquismo social. Dese un descanso y deje de flagelar a los demás. Ah Felicidades a Juanes y Juanas.
Ah y recuerde, aun, aquí y ahora que estamos en derrota pero nunca en doma. Y no olviden no son culpables de la cara que tienen , pero sí, de la jeta que van a pasear este verano.