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El pasado enero sorprendía a propios y extraños al apareceren los juzgados de Esplugues de Llobregat, en Barcelona, para declarar como testigo en el juicio en el que su exmarido, Sete Gibernau, estaba acusado de fraude fiscal. Fueron, entonces, muchos los comentarios los que se hicieron sobre la irreconocible figura de Esther Cañadas, quien a sus 35 años parecía haberse liberado de la tiranía de la báscula .
Esta semana, la exmodelo volvió a dejarse ver en público y, ajena a los comentarios que suscitó su nueva imagen, volvió a lucir la misma imagen que a principios de año. Y es que aunque nada tiene que ver con la delgadez que lucía cuando su trabajo se lo exigía, Esther parece igual de saludable a pesar de los kilos de más que haya podido ganar al bajarse de las pasarelas tras dos años apartada de la vida pública.
Mucho se ha especulado sobre su espectacular metamorfosis. Algunos creen que, simplemente se ha olvidado de las estrictas dietas, mientras que otros creen que podría deberse a un problema de salud. Sea como sea, lo cierto es que Esther parece una mujer nueva alejada del mundo de las pasarelas y de la moda.
Muy seria y hablando por teléfono pudimos verla hace unos días en nuestro país, que sólo visita en ocasiones contadas ya que reside en Estados Unidos. Fue ese mismo país el que la convirtió en una de las modelos más cotizadas de los años 90, llegando a ser imagen de la prestigiosa marca Donna Karan New York junto al que luego se convertiría en su esposo, el modelo Mark Vanderloo. Tras el divorcio con el modelo, llegó su relación con el piloto de motos Sete Gibernau, del que también se divorciaría en 2008.
Desde entonces no se le conoce pareja estable, aunque se ha dejado ver en alguna ocasión en compañía masculina. En este caso, sin embargo, Esther estaba sola y hablando por teléfono. Luciendo un amplio vestido de estampado floral y con transparencias, la ex modelo se dejó ver en plena calle hablando por su móvil hasta que dio la conversación por terminada y se dirigió a un coche.
Mientras hablaba por teléfono, Cañadas se mostró de lo más seria e incluso se escondió su boca detrás de su mano para evitar que se entendiera lo que le decía a su interlocutor.
La ex modelo completó el outfit primaveral con un pañuelo naranja colgado al cuello, un bolso en tono turquesa y unas gafas de sol con las que intentó pasar inadvertida.