Gray, quien contó desde el primer minuto con el apoyo del público congregado en Bangkok para presenciar la gala, respaldó su candidatura mostrando su compromiso social y ganas de trabajar con los más pobres, en referencia a las barriadas en Manila.
"Hay muchos niños que no tienen acceso a una educación de calidad", señaló la modelo nacida en Australia de padre escocés y madre filipina, quien además colabora en una organización para concienciar a las personas sobre los peligros del Sida.
"Es algo por lo que siento mucha pasión porque hace unos años perdí a un amigo cercano por complicaciones derivadas de VIH", señaló Gray en rueda de prensa tras coronarse como la más bella. "Por lo que extender la concienciación sobre este asunto y animar a la gente a que realicen una simple prueba para conocer si están infectados es definitivamente uno de mis proyectos", añadió.
Al escuchar su nombre, Gray, que lucía un largo vestido de noche rojo y brillante -inspirado en el volcán Mayón, vinculado a sus raíces filipinas- que mostraba la pierna derecha, se fundió en un abrazo con la sudafricana Tamaryn Green, primera dama de honor.
La belleza filipina obtuvo la tiara de manos de su predecesora, la sudafricana Demi-Leigh Nel-Peters, y desfiló frente a unos espectadores entregados que corearon su nombre y ondearon la bandera filipina.