La instrucción llevada a cabo por el juez Penalva y el fiscal Subirán sobre el caso Cursach ha quedado totalmente desacreditada por la Fiscalía a menos de dos semanas del inicio del juicio contra el magnate de la noche de Mallorca.
El Ministerio Fiscal presentó este miércoles un escrito en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares en el que retira la acusación contra ocho de las personas acusadas en el caso. En concreto, retira la acusación formulada contra Miguel Estarellas, Jaime Nadal, Pilar Carbonell, Benardí Seguí, Julián Garau, Jaime Lladó, Arturo Segade y Antonio Bergas. A su vez, Fiscalía también ha renunciado a un listado de testimonios que había propuesto.
Del caso salen, pues, políticos, empresarios, cargos de las discotecas de Cursach y policías que durante cuatro años -y sin garantía de imparcialidad por la acción arbitaria de los instructores- se han visto perjudicados por la ficción a la que el juez y el fiscal quisieron dar credibilidad. Finalmente, Fiscalía simplifica el caso y niega, por "falta de verosimilitud de los hechos" investigados, la compleja trama de favores, orgías o tráfico de drogas que idearon Penalva y Subirán para señalar a los afectados con algo más que una sombra de sospecha.
El caso queda así reducido al entorno de Cursach, para quien ahora Fiscalía sólo pide año y medio de cárcel, tras rebajar este mismo jueves su petición inicial de ocho años y medio de cárcel por la presunta connivencia del empresario con policías locales de Palma que le habrían otorgado un trato de favor. Hasta llegar ahí, sin embargo, -e independientemente de que los hechos se demuestren y haya condenas firmes- Penalva y Subirán dedicaron años a una estrategia, ahora desautorizada, que constituye el mayor ejemplo de chapuza y manipulación de testigos de la reciente historia judicial de Baleares. Sin contar con que el principal encausado ya cumplió de forma preventiva la práctica totalidad de la pena máxima que ahora se le pide.
Juez y fiscal ya han concluido sus carreras, apartados del cargo precisamente por su inoperancia en este caso y en vías de ser acusados, además, de detención ilegal y coacciones a testigos, como algunos pretenden. Queda ahora asegurar un juicio justo a los encausados y que aquellos que ya han superado la pesadilla encuentren justo resarcimiento ante el maltrato judicial y social que les causaron estos dos personajes y sus testigos manipulados.
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