Pilar Carbonell sigue siendo una de las caras nuevas del Govern aunque ya han pasado dos años de su designación como directora general de Turismo. Una cara nueva solo en política, pues antes ya era conocida por su actividad empresarial y por ser la representante de los restauradores de Mallorca en la CAEB. Viajera incansable y conocedora de la oferta complementaria por experiencia, es uno de los apoyos de confianza del vicepresidente y conseller de Turismo, Biel Barceló. Recogemos el pulso de la actualidad turística en la opinión de Carbonell en esta entrevista para mallorcadiario.com.
Le lanzo la primera pregunta, si me lo permite, en clave más personal que política.
¡Uy! Adelante
Dos años después de su nombramiento, ¿cómo ha vivido el paso de la empresa privada a la actividad pública?
Es una cuestión de adaptación. Creo que lo he vivido como un transición, un cambio de como se actúa y se hacen las cosas. De la empresa privada echo en falta los datos fiables para tomar decisiones coherentes. Esa es la gran diferencia. Para llegar a disponer de esos datos y hacer estudios, el tiempo se eterniza y además es costoso. Aquí todo es más lento. Aún así, es bueno que se produzca ese trasvase de la empresa privada a la administración pública. Yo no he sido la primera, y no seré la última.
¿Le pesan la burocracia y los mecanismos de control?
Bueno, los controles son más que necesarios, sobre todo en los momentos en los que se producen cambios de gobierno. Aún así, creo que deberíamos aligerarlos porque en estos momentos están llegando a ser, no sé si lo diría así, pero caso absurdos.
Supongo que me dirá que sí. ¿Vale la pena el haber entrado en política?
(Ríe) Sí, de lo contrario ya me hubiera ido, me hubiera marchado, seguro.
Voy a preguntarle por algunas cuestiones de actualidad, aunque en ocasiones trascienden la competencia de su conselleria.
Uf, “turismo somos todos”, al final muchas cosas aterrizan aquí. Parece que tenemos soluciones para todo y para todos, pero no es así. Ojalá.
MORATORIA DE HOTELES EN PALMA Y SATURACIÓN TURÍSTICA
Esta semana el alcalde de Palma, Toni Noguera, ha anunciado una moratoria en la concesión de permisos a nuevos hoteles en Ciutat. ¿Estaría justificado aplicar medidas similares en otros lugares de las Islas?
Son medidas que deben estudiarse, que es lo que hace el Ayuntamiento de Palma. En Cort se cuestionan si pueden dar más licencias o no. Creo que la moratoria obedece a la necesidad de darnos un tiempo para pensar bien, en este caso un año, y luego ver qué modelo turístico queremos. Creo que es una medida extrapolable que tal vez podría aplicarse en otros lugares.
¿De qué se trata, de limitar plazas hoteleras o de aumentar la calidad?
La moratoria no limita las plazas. De hecho, se pueden seguir construyendo hoteles urbanos. La limitación de plazas, si existiera, sería una competencia del Ayuntamiento. Nosotros fijamos los parámetros de las diferentes tipologías de establecimientos turísticos pero no decimos dónde de pueden construir o no. Si los ayuntamientos no quieren más plazas, serán ellos los que las limiten.
Más allá de sus obligaciones laborales, usted viaja mucho.
Sí, así es, gracias a Dios nací en una familia muy viajera y siempre he viajado mucho. Es lo que más me gusta y me ha dado grandes satisfacciones.
¿Le han hecho sentir allí dónde ha ido que sobra y no es bienvenida?
No. Es más, cuando voy de viaje de trabajo, y por aquello de que “uno nunca es profeta en su tierra”, he constatado que somos muy bien recibidos y que nos ven con buenos ojos. Ven a Balears como líderes del turismo, nos preguntan y quieren saber qué hacemos. Nos consideran pioneros.
¿Se tiene fuera de las Islas la percepción de saturación turística?
No, es una interpretación interna, de aquí. Es fácil que la gente forme sus ideas por lo que ve, escucha o lee en los medios de comunicación. Es cierto que se puedan dar casos puntuales de masificación en momentos dados, como en Palma en algunas calles el día en el que coinciden varios cruceros. Pero cuando abrimos los telediarios con cualquier despropósito de un vídeo de Magalluf, o una calle a las once de la mañana llena de turistas, o atascos en la autopista de Palma... La gente se hace una idea que creo que es injusta. Es cierto que se dan casos así, pero ni es lo general ni, insisto, es justo.
Es que antes no había teléfonos móviles y no se grababan vídeos ni se tomaban tantas fotografías.
Si, es cierto, es lo que nos han traído las redes sociales. Pero también es cierto que en Internet podemos encontrar miles de vídeos maravillosos con imágenes de nuestras Islas, incluso de lugares que muchos no conocemos.
LIMITACIÓN DEL CONSUMO DE ALCOHOL
Se habla de regular la oferta de todo incluido en los hoteles. ¿Es posible regular el todo incluido para limitar el consumo de alcohol como se propone?
El todo incluido es una modalidad de alojamiento del que llevamos años hablando y que va a menos. Yo creo que nuestra preocupación es quién ofrece un buen todo incluido y un buen servicio y quién no. Lo que nos preocupa y limitaremos es el consumo de alcohol. Necesitamos distinguir a adultos de menores, eso es muy importante. Un niño de cinco o seis años se ve claramente que no puede beber, pero la cosa se complica con un menor de dieciséis. Deberíamos evitar que el alcohol de cualquier graduación sea self service.
¿Plantean establecer franjas horarias en el todo incluido para regular el consumo de alcohol?
Eso son cuestiones jurídicas muy difíciles de defender. La fijación de precios y franjas horarias es un tema muy complicado pues se trata de una actividad de las empresas privadas. No solo deberíamos plantearlo en el todo incluido, de ello se habló hace unos días en la Comisión de Turismo Cívico. En base a principios de salud pública podríamos prohibir el alcohol en el todo incluido, pero nos quedarían todas las ofertas de barra libre, happy hour, dos copas por una...
¿Será una medida efectiva limitar el alcohol en el todo incluido? Como dice, licorerías y bares no nos faltan, es fácil consumir alcohol.
Debemos intentar cambiar la idea de que emborracharse aquí es muy barato. Si cambiamos esa percepción y emborracharse una noche te costara 250 euros, probablemente veríamos reducido un tipo de turismo que no queremos. Eso solo será posible con el consenso de todos.
¿Cómo puede hacerse esa normativa? Se lo pregunto porque, por ejemplo, un hotel familiar de Cala Millor ofrece un todo incluido muy diferente al de otro con clientes más jóvenes en Calvià.
Eso es lo mismo que si yo a una cafetería le prohíbo la venta de hamburguesas porque entiendo que invade el negocio de un restaurante. La consellería no tiene superpoderes, podemos incentivar que las empresas ofrezcan un mejor servicio pero más allá de eso... Prohibir el alcohol en el todo incluido tampoco acabaría con la oferta fuera del hotel que fomenta la borrachera. Un señor puede vender gintónics a 50 céntimos y cumplir la normativa. Debemos hacer entender qué tipo de servicio queremos ofrecer, qué calidad buscamos. No nos interesa un todo incluido baratero.
Limitar, controlar, legislar, regular... como lo queramos llamar. Lo que pase con el todo incluido dentro del hotel puede conllevar una responsabilidad empresarial, mientras que lo que sucede fuera entra en el ámbito de los usos y permisos de las ordenanzas municipales y otras normas. Por lo que me dice, ¿es correcto interpretar que la limitación del todo incluido es un primer paso contra el turismo de borrachera?
Creo que es un primer paso que debemos hacer todos a la vez. Si prohibimos o limitamos el alcohol en el todo incluido, hemos de ser capaces de limitar cuando no eliminar, por ejemplo, la venta de cubos de fregar con pajitas que vemos en las playas; de no ofrecer bebida gratis o todo lo que puedas beber por cinco euros; de que no haya relaciones públicas y tiqueteros en las calles... Son pequeños pasos de diferentes sectores que debemos consensuar, estar dispuestos a aplicar y hacer a la vez.
TECHO TURÍSTICO Y DESESTACIONALIZACIÓN
No nos engañemos: el sol y la playa, comer y beber a cualquier hora es lo que demanda buena parte de los turistas. ¿Podemos adaptar los gustos de los turistas a la oferta que queremos?
Yo lo veo como algo positivo, eso significa que tenemos un amplio abanico de ofertas. Debemos pensar que vienen a disfrutar de unas vacaciones y es lógico que busquen eso. Cuando yo me voy de vacaciones quiero poder elegir si como a la una o a las cinco.
Se ha hablado mucho de limitar el número de turistas. ¿Podemos fijar un techo restrictivo de visitantes en Balears?
Nosotros hablamos de un techo en el número de plazas, no en el número de turistas, que son cosas diferentes.
Pues hablemos de pernoctaciones. El discurso de que sobran turistas y en su lugar necesitamos visitantes de calidad no es nuevo. Parece que nada ha cambiado. ¿Estamos atrapados en un bucle o nuestra percepción es errónea y sí se han producido cambios?
Se debe establecer un techo de plazas hoteleras. Hace treinta años que hablamos de desestacionalizar, tanto que ya hemos aprendido a decir la palabra sin equivocarnos. Es innegable que se ha estirado la temporada, tenemos vuelos de turistas desde febrero. Es más larga y el reto es que esos “meses valle” también consigan una buena ocupación. Es por ello que no podemos hablar de limitar turistas, lo que queremos es que vengan repartidos a lo largo del año. Incluso el sector hotelero dice “no más plazas”. Ahora se establecerá ese techo. El anterior databa de 1999 y tenía numerosas excepciones. Somos islas, tenemos un espacio limitado y hay lo que hay.
Hemos aprendido a decir la palabra, pero: ¿hemos aprendido a desestacionalizar?
No es fácil, trabajamos y centramos nuestros esfuerzos en ello. Febrero, marzo y octubre son buenos meses. Eso hace unos años no era así. Si medimos el turismo sólo por el número de llegadas y no por las estancias, por el número de pernoctaciones, nos equivocamos. Ya no tenemos que contar turistas, tenemos que contar pernoctaciones, qué gastan, donde lo gastan, qué tipo de calidad y servicios reclaman, si consumen producto local...
Yo siempre he creído que hoteleros y productores del sector primario deberían estar enamorados.
Sí, creo que poco a poco se van queriendo más. Hay muchos turistas, y van a más, que se interesan y reclaman productos locales. El hotelero que cuenta con ellos le añade un valor añadido a su servicio. Tanto hoteleros como oferta complementaria ofrecen productos de la tierra y eso es bueno para el sector primario.
LEY DE ALQUILER VACACIONAL
Se argumenta que el turista de alquiler vacacional es consumidor de producto local y por ello hay quien lo valora y defiende. Por otra parte se establece una relación directa entre alquiler vacacional y el aumento del precio en el acceso a la vivienda. ¿Cómo lo ve usted?
Todo en su justa medida no tiene por qué dar problemas y aquí una vez más es una cuestión de equilibrio. En este momento el equilibrio se ha roto y sí que el alquiler vacacional tiene un impacto directo en el acceso a la vivienda. No creo que sea el único problema, es cierto, pero no está regulado y se trata de una actividad fuera de la legalidad. Nosotros haremos una legislación autonómica porque el Gobierno central no la hace. Lo importante es regular a las plataformas online que ofrecen alquileres y que se escudan diciendo que sólo son intermediarios y que enlazan contenidos.
Es el mismo argumento que el de las webs de P2P y enlaces a descargas digitales.
¿Y qué pasó con ellos?
Que cerraron.
Pues eso, no puede permitirse. Queremos regularlo y que se cumpla la ley.
¿Cree que se podrá aprobar la Ley de Alquiler Vacacional el próximo 18 de julio?
Sí, así lo creo y espero. Necesitamos la ley para poner orden y acabar con este descontrol.
TOUR OPERADORES Y TIPOS DE TURISTAS
¿Qué le dicen los tour operadores sobre la evolución del mercado de cara al futuro inmediato?
Los tour operadores tienen mucho poder y son celosos de la información que manejan. Poco a poco la situación cambia porque los hoteleros han hecho muchas reformas, se han modernizado y de cada vez hacen más venta directa, lo que es bueno porque hace que no sean tan dependientes de los tour operadores. Ellos tienen inversiones en países en los que la coyuntura es complicada y por tanto necesitan mantener el mercado de Balears. Sus intereses y los nuestros no siempre son coincidentes. Ellos ofrecen precios que nosotros nos vemos obligados a aceptar porque no nos queda más remedio... Es difícil obtener información de ellos. Continuamos dependiendo de los tour operadores.
¿Se mantiene Balears como destino de alta repetición entre los turistas que nos visitan?
Sí, así es, se mantiene. Ello se debe en buena medida al tipo de clientes que tenemos. Alemanes y británicos son perfiles de turistas fieles a los que les gusta volver a los mismos sitios. Si tuviéramos más turismo nacional no sería así.
¿Y cómo va ese turismo nacional?
No tenemos datos de ocupación y dependemos de los datos de los hoteles, pero vemos que se trata de un turista que reserva de forma directa. Durante la crisis perdimos turistas nacionales que fueron sustituidos por los de otras nacionalidades. Ahora los tour operadores quieren conservar las plazas y no quedan demasiadas para los nacionales. El cliente nacional reserva de forma directa y en el último minuto.
¿Potenciarán el turismo interior los descuentos interislas en el transporte aéreo?
Creo que así será y en ello vamos a trabajar mucho. Como administración pública debemos aprovechar ese descuento para fomentar, potenciar, ese turismo interior que sí tienen en otros países y nosotros no. A veces nos resulta más atractivo irnos a pasar un fin de semana a Madrid que a otra isla... ¿Por qué?
BALANCE Y FUTURO DE LA LEGISLTURA
¿Con qué se queda de su trabajo estos dos años?
Lo veremos en breve y lo que más me satisface es trabajar en nuevas herramientas. Tenemos un catálogo en el que deberían figurar todas las empresas turísticas de las Islas. Cuando llegué era un sistema obsoleto en el que hacía diez años que no se trabajaba, que no se le hacía mantenimiento, no estaba adaptado a los cambios legislativos... Hemos trabajado para que sea una verdadera base de datos turística y para que sea de acceso libre a todo el mundo. Sin datos es difícil trabajar, necesitamos una información exacta y fiable, y la tendremos para el mes de septiembre. No ha sido fácil.
¿Y qué le queda por hacer, qué le gustaría dejar listo?
La segunda modificación de la Ley Turística, para adaptarla a la realidad de hoy. Desde 2012 las cosas se han movido y este es un sector muy cambiante.
¿Cómo le gustaría que fuera el turismo en Balears dentro de una década?
Me gustaría que fuera un turismo equilibrado y sin la sensación de que somos demasiados. Creo que es una percepción porque las cosas nos van bien, aunque no todo es achacable a los turistas. Cuando uno se encuentra un atasco a las seis menos cuarto de la mañana en la autovía del aeropuerto le puedo asegurar que no es por los coches de alquiler. Me gusta pensar que los turistas que repiten y ahora vienen con sus nietos transmitirán su amor por las islas. Eran el futuro los nietos de los nietos también nos visitarán. Me gustaría que encontraran las Islas igual que sus abuelos.