Durante los meses de junio y julio, el carril izquierdo permanecerá cerrado al tráfico en el tramo comprendido entre la calle Manuel Azaña y el Torrent de Barbarà para retirar las vallas tipo New Jersey que hay en la mediana.
En total, sólo un kilómetro afectado por el estrechamiento pero un tramo especialmente sensible para la movilidad de la capital ya que es la puerta de entrada de todo el flujo de Playa de Palma y el Migjorn. Cada día circulan de media 70.000 vehículos por dicho tramo y en esta época del año, la cifra aumenta considerablemente.
De ahí, las críticas de PP, Vox y Ciudadanos. "Si el año pasado ya fue un desastre, este año puede ser muy peor", ha advertido Llorenç Galmés, conseller insular electo por el PP. Por su parte, Pedro Bestard (Vox) ha resaltado lo "inoportuno" de la medida al suprimir un carril en pleno verano. Mientras que Beatriz Camiña ha destacado que "ya lo advertimos en campaña, no se juega con la movilidad. Eso es la consecuencia de escuchar a los nacionalistas. Ni es oportuno ni conveniente".
Desde el Consell defienden las obras asegurando que el fin es "humanizar" la vía, al transformarla en un bulevar, en una vía urbana. Además, se recuperará la conexión del polígono de Levante con el frente marítimo.
Entre otras actuaciones, se ampliará la acera del Palacio de Congresos, reduciendo la velocidad los vehículos que entran de 90 a 80 kilómetros por hora, incrementando el ajardinamiento con plantas pequeñas a lo largo de los 850 metros que forman parte del proyecto y, de este modo, transformar una sección de autopista en una sección de tipo vía urbana.
Además, se incluirán dos paradas de autobús, una mejora del drenaje de la zona y una mejora de los tubos de alumbrado y telecomunicaciones.
El precio de adjudicación es de 1,2 millones y el plazo de ejecución es de seis meses.