Caña y tapa
martes 03 de marzo de 2015, 19:18h
Cuando a cambio de una caña te ponen una tapa enorme, por algún lado tiene que salir el beneficio del restaurador. Lamentablemente, algunos empresarios que no merecen tal nombre, han decidido hacer rentables sus negocios a fuerza de explotar a sus trabajadores y de vulnerar toda normativa de higiene y salud alimentaria. Es el caso, según parece, del propietario de La Tapa Andaluza, que fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores.
Se hace imprescindible que la Inspección de Trabajo y la Inspección de Sanidad intensifiquen su labor inspectora, de modo que se garantice la salud de los consumidores y se actúe contundentemente contra los restauradores que abusan de sus empleados. No es la primera vez que vemos esta forma de actuar en los últimos tiempos y es alarmante que haya quien decide hacer negocio a fuerza de explotar a sus trabajadores sin respetar ninguna normativa laboral y además vulnere la normativa de seguridad alimentaria para ampliar sus márgenes de beneficio. La Administración debe intensificar su labor de vigilancia y actuar con toda contundencia ante este tipo de infracciones.
Esto nos lleva a constatar que nadie da duros a cuatro pesetas. Aquellos restauradores que a cambio de una caña, sirven una generosa tapa, como es el caso del empresario detenido, no lo hacen por altruismo ni por dadivosidad. Los consumidores deben ser precavidos y desconfiar de ofertas desmesuradas. Y la Administración debe vigilar que la normativa se cumpla y actuar con firmeza contra quienes se la saltan a la torera. No se trata de criminalizar al sector, pero cuando alguien hace algo que el resto de bares y restaurantes no hace, debe ser motivo de recelo por parte de los consumidores. Y de vigilancia extrema por parte de la Inspección.