La aún portavoz parlamentaria de Podem Illes Balears, Laura Camargo, parece no haber aceptado el mandato democrático de las bases del partido, que dejaron nítidamente claro que prefieren las políticas del sector de Mae de la Concha y Alberto Jarabo, antes que las defendidas por ella. Por más que la gran mayoría de diputados de su grupo parlamentario defienden a Camargo, el divorcio entre ellos y sus bases es más que evidente, pues no asumen que fueron derrotados en las primarias recientemente celebradas para elegir secretaria general en lo que constituye todo un revocatorio a las formas de manejarse de Camargo y sus seguidores, a la hora de defenestrar a Jarabo.
Naturalmente que a Camargo le gustaría ser la portavoz de su grupo en el debate del estado de la Comunidad Autónoma que se celebrará el 24 de este mes, pero lo que debiera analizar no es lo que a ella le interesa y conviene, sino lo que es mejor para su partido y aún más, lo que desean sus bases. Y si le queda alguna honestidad consigo misma, cosa que cabe dudar, se apartará de la portavocía del grupo parlamentario sin tensar más la cuerda no comprometer a la nueva secretaria general Mae de la Concha, a quien corresponde tomar la decisión, con toda la legitimidad y el derecho de nombrar a quienes representen mejor el proyecto político de Podem.
Resulta muy lastimoso ver cómo Camargo se aferra al cargo de forma tan indigna, sobre todo cuando hablamos de un partido cuyos dirigentes hacían bandera de un gran desapego por el poder. Ya se ve que se trataba de una impostura, al menos en el caso de Laura Camargo.
