Calatrava y su maqueta
jueves 12 de junio de 2014, 20:17h
Vaya por delante que no siento absolutamente ninguna simpatía por el señor Calatrava. Personalmente no me resulta una persona simpática y, arquitectónicamente, me resulta demasiado recargado y sus obras se me asemejan demasiado entre ellas. Aunque mucha gente que entiende del tema dicen que es un genio, así que no seré yo quien les contradiga.
En todo caso, el Sr. Calatrava va a ser el protagonista de mi artículo de esta semana a causa del reciente archivo de su imputación por la famosa maqueta.
Como Uds. sabrán, el Juez Castro –del que no se oye demasiado últimamente, aunque intuyo que no tardaremos en tener noticias suyas- ha decidido archivar la pieza separada en la que mantenía imputado a Calatrava, que declaró nada más y nada menos que el pasado mes de febrero de 2011. Es decir, Calatrava lleva imputado por el Juez Castro desde hace más de 3 años.
De hecho, todavía hoy es posible visitar páginas de internet en las que se recoge ese presunto escándalo, que nos guste o nos guste no debe ser objeto de reproche penal. Insisto, prescindo del análisis del coste de la maqueta y de si era un gasto necesario o no, que para mí no lo era en absoluto, por cierto.
Por tanto, prescindiendo de la identidad del Sr. en cuestión, vuelvo a referirme a algo que siempre he mantenido y que seguiré manteniendo: las instrucciones deben tener carácter reservado y no deberían aparecer con tanta frecuencia en los medios de comunicación, al menos hasta que se formalice una acusación contra el imputado en cuestión.
No es la de Calatrava la primera imputación de una persona mediática que se archiva, ni desgraciadamente será la última. En todas las imputaciones archivadas, además, existe un denominador común: el nombre de esa persona siempre irá asociado con su condición –temporal y retirada posteriormente- de imputado.
Este es uno de los principales problemas de la “judicialización” de las tertulias y de los programas de televisión. Algunos periodistas, que desconocen el significado de conceptos jurídicos, los manejan alegremente y, al final, eso es lo que percibe el ciudadano.
Insisto: La imputación es una garantía procesal para que una persona, a la que alguien le imputa la comisión de un presunto delito, acuda acompaña con un abogado que la defienda y represente. No es una condena ni nada que se le parezca.
Creo que debemos respetar la presunción de inocencia de todos los ciudadanos siempre, pues de lo que se dice, algo queda.