José Manuel Soria ha dimitido de todos sus cargos después de haber comido la sopa boba de la política durante más de 21 años de los 58 que tiene en la actualidad, y después de haber sido Alcalde del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria desde 1995 hasta 2003 y Presidente del Cabildo insular de Gran Canaria entre 2003 y 2007, también Diputado autonómico en el Parlamento de Canarias entre 2003 y 2011 y Vicepresidente y Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias entre 2007 y 2010 y desde el 22 de diciembre de 2011 al 15 de abril de 2016 Ministro de Industria, Energía y Turismo del Gobierno de España, militando en las filas del Partido Popular de Canarias, del que era Presidente regional desde 1999.
La salida de José Manuel Soria al frente de la cartera de Industria, Energía y Turismo, en funciones desde el pasado 21 de diciembre, es la tercera baja forzada a la que tiene que enfrentarse Mariano Rajoy como presidente de Gobierno. Los dos precedentes son Alberto Ruiz-Gallardón que dimitió en septiembre de 2014 como ministro de Justicia tras la retirada de la reforma de la ley del aborto, y la responsable de Sanidad, Ana Mato que hacía lo propio en noviembre de 2015 tras ser imputada en la trama Gürtel.
El Partido Popular (PP) salió en tromba a defender al ahora exministro José Manuel Soria (al que el propio Mariano Rajoy defendió pública y reiteradamente y en muchísimas ocasiones, destacando la honorabilidad de su ministro de Industria y ejemplarizando en él la pena del telediario por la supuesta persecución a la que fue sometido por los casos de corrupción urbanística Salmón, Eolo y Chalet, aún no aclarados del todo), cuando se conoció su implicación en los papeles de Panamá el lunes pasado.
Desde compañeros del Gabinete hasta cargos de la formación mediaron en su favor. Algunos de los mensajes de apoyo que recibió Soria a lo largo de la semana son propios de una antología del disparate, de la mentira, de la ocultación, del papanatismo: José Manuel García Margallo, ministro de Exteriores, explicó a las pocas horas de conocer la implicación de Soria en los papeles de Panamá: "Yo conozco a José Manuel Soria y lo hubiese comentado. Yo no le he visto ni la menor inquietud cuando se ha hablado de los papeles de Panamá".
Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario del PP, dijo el pasado martes: "El Partido Popular confía en su palabra y tiene su apoyo". Luis de Guindos, ministro de Economía, destacó el martes pasado: "Creo a Soria, le conozco desde hace muchísimo tiempo y tengo confianza en él", Andrea Levy, vicesecretaria del PP, el mismo martes soltó: "Hay unas informaciones que Soria ya ha negado y los que piden la dimisión creo que se apresuran y mucho", Alfonso Alonso, ministro de Sanidad, afirmó este jueves después de la reunión del Consejo Interterritorial de Sanidad: "No entiendo la cacería que se quiere montar contra Soria desde algunos sectores interesados".
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, aseguró este jueves tras un acto con la Policía y después de nombrar comisario honorario de la Policía a Francisco Marhuenda cuando la Audiencia Provincial de Barcelona ha ratificado una condena en primera instancia, al director de La Razón por intromisión al honor de un comisario: "Yo creo en él. Estoy seguro de que dará todas las explicaciones precisas para que no haya ninguna duda al respecto".
Sabía que todo lo que se decía de él era verdad, y por lo tanto, que todo lo que sostenía durante tres ruedas de prensa era mentira. Había que verlo, con todo su morro,
escenificando su indignación y haciéndose pasar por víctima de los desafueros periodísticos. Lo negó todo con toda su cara dura, con total contundencia y total solemnidad con la que ha negado siempre su implicación en los múltiples casos de corrupción urbanística en los que se ha visto envuelto, pretendiendo reforzar su enorme falacia con una dignidad propia de un gran impostor, de un defraudador profesional.¿Qué puede esperarse de un menda que, para parecerse más a su amado e idolatrado líder José María Aznar, llegó a dejarse bigote a su imagen y semejanza, lo que acentuó
su inconfundible “aspecto de derechas”?.