Michael Blum (el hombre de confianza de
Utz Claassen) ha presentado su dimisión como director general del Real Mallorca. Unas 11 semanas ha durado en el cargo y
la entidad vuelve a quedar a la deriva.
Las razones esgrimidas por Blum para renunciar al cargo (remunerado con 12.000 euros al mes) señalan directamente al presidente institucional de la entidad,
Biel Cerdá, al que Blum culpa de la
parálisis total del club.
La nueva situación del Consejo de Administración (que ya no cuenta con apoderados) obliga a convocarlo semanalmente. Si no se reúne con mucha frecuencia, el director general no puede comprar ni un botellín de agua mineral.
Fuentes del
Real Mallorca consultadas por
mallorcadiario.com señalan esta dimisión como una medida de presión de Blum (y por transitiva, de Utz Claassen) contra Biel Cerdá, al que ahora se le señala como el causante de la mayoría de males de la entidad.
De todos modos, ya hacía semanas que se especulaba con la posible renuncia de Blum al cargo tras los últimos acontecimientos.
Blum dimite como director general pero no como miembro del Consejo de Administración