Mañana celebramos el Black Friday, término que hasta hace muy poco tiempo, era totalmente desconocido en nuestro país.
Pero ¿de dónde procede dicho término?
El Black Friday o viernes negro tiene su origen en Estados Unidos. Se celebra el primer viernes después de Acción de Gracias. Su historia comenzó en los años 60, momento en que el comercio minorista estadounidense quería aumentar sus ventas durante las fiestas. No obstante, la expresión Black Friday se empezó a usar con el sentido que hoy conocemos en 1961 en la ciudad de Filadelfia, cuando un boletín público alertaba del caos que se estaba produciendo en las calles de la vía pública por las rebajas del día posterior a Acción de Gracias.
Debido al denso tráfico de gente y vehículos que abarrotaba las calles dicho día, se extendió por Estados Unidos a partir de 1975, aunque el uso de este término comenzó alrededor de 1961, entre los oficiales de policía encargados de la regulación del tráfico.
Con el tiempo, surgió otra explicación al término del Black Friday, refiriéndose al término negro, a las cuentas de los comercios que pasan de estar en números rojos a negros gracias a este día, ya que el beneficio por las compras masivas de este día, hace que puedan remontar sus negocios los propietarios.
Pero lo curioso de ello, es que, muchas veces estos descuentos no son tales, ya que muchos comercios hinchan los precios antes de comenzar esta semana para después aplicar un descuento.
Curiosamente esta técnica funciona y lo que hace unos años era un acto esporádico en España, se ha establecido como la semana donde se aprovecha para realizar la semana de las compras Navideñas, llenando de pedidos los almacenes de los centros comerciales y pequeños comercios de la ciudad.
Al igual que hace 20 años era inviable celebrar Halloween y ahora está totalmente instaurado en nuestra sociedad, el Black Friday parece que ha llegado para quedarse y que todos nos vemos obligados a hacer descuentos en nuestros servicios, llevados por unas modas americanas que han invadido nuestras calles.
Podemos resistirnos a ello, pero, intuyo que ya los americanos, lentamente nos han comido la tostada y que comienzan a cambiar nuestras costumbre, lenta y sigilosamente, pero lo hace.
Se que muchos de los que me leéis regularmente os negaréis a tal aberración y diréis que no vais a salir a comprar ese día, pero cuando os llegue la publicidad del Carrefour o del Leroy Merlín, anunciando esa mesa que queríais tener, o esa televisión que pide a gritos un cambio, preguntaréis, ¿hay algún descuento?
Así que una vez más, tenemos la batalla perdida, querido lectores y tal vez, todos poco a poco aprovechemos la coyuntura para terminar utilizando estos descuentos que, a mi modo de ver, son ridículos y banales, aunque como todo el mundo termine utilizándolos y realizándolos, ya que la inercia me hará, como al resto de los humanos, no perder ese “chollo” sin el cual ya no puedo vivir más y me lleva a la vida o la muerte, si no soy capaz de poseerlo.
¡No te resistas, querido amigo y anímate a vigilar los precios un mes antes para poder comprar el chollo que tanto estás esperando! y ¡disfruta de la adrenalina que da el pensarse más listo, más rápido y especial, que el resto! Aunque entre amigos digamos que es una americanada y en la alcoba aceptemos una vez más, que hemos sucumbido al delirio de la sociedad consumista que habitamos, acepta pequeño humano que tú también has sido secuestrado por tu amígdala y has caído en las voraces garras del consumismo.