Durante los primeros seis meses de este año, CaixaBank ha obtenido un beneficio ajustado sin extraordinarios asociados a la fusión de 1.278 millones, frente a los 205 millones registrados en el mismo periodo de 2020, fuertemente impactado por las provisiones asociadas a la Covid 19.
Además, el grupo ha mantenido un fuerte ritmo de actividad comercial durante esta fase de la integración, lo que le ha permitido incrementar los ingresos recurrentes un 1,2 por ciento, así como el volumen de negocio en un 3,5 por ciento, hasta los 964.000 millones.
En este periodo, CaixaBank ha alcanzado, además, un acuerdo laboral y ha revisado la operativa conjunta, de tal forma que la entidad considera que puede comprometerse a obtener unos ahorros de costes de 940 millones anuales, un 22 por ciento por encima de las estimaciones iniciales.
FORTALEZA FINANCIERA
Finalmente, CaixaBank mantiene una elevada fortaleza financiera, con ratios de capital superiores a los objetivos preliminares, que combina con una tasa de morosidad que es la más baja entre los grandes bancos en España. La sólida posición del grupo hace posible, al mismo tiempo, que pueda retomar su política tradicional de dividendo, elevando el pay-out al 50 por ciento para este año 2021.
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