Cuando era joven,- más joven -, se reproducía con frecuencia la frase “Vive rápido, muere joven y tendrás un cadáver bien parecido”. Todos tenemos en la memoria dos muertes que siguieron esta máxima voluntaria o involuntariamente y que aunque no se ha mostrado su cadáver,- al menos por el momento -, sí que su belleza ha quedado intacta y continua asombrándonos cada vez que les vemos. Hemos disfrutado, comentado y admirado sus ojos, su sonrisa, su ropa, su glamour e incluso su cuerpo. Ella es Marilyn Monroe y él, James Dean. Incluso un tercero, Jim Morrison, del grupo The Doors, apodado El Rey Lagarto y fallecido a los veintiocho años. Su torso desnudo y su carita de ángel continúan protagonizando portadas, camisetas y merchandising de todo tipo.
Esta semana hemos sabido que Marilyn, la mujer más sexy de la historia reciente, se sometió a dos operaciones de cirugía estética, una rinoplastia y una mentoplastia. Años 50 en EEUU. Un momento en el que pasar por un quirófano para limar imperfecciones estaba, no mal visto, lo siguiente; la diva Marilyn se arregló la nariz y el mentón , y se lo hicieron tan bien que consiguieron su objetivo: ni se notó. De hecho, nos hemos quedado estupefactos con la noticia. Llama la atención que utilizó identidad falsa para preservar el anonimato y así figura en los registros médicos. Marilyn Miller o Joan Newman fueron sus nombres de paciente y su cirujano, Michael Gurdin. Han pasado sesenta años y este doctor de bisturí certero ya ha fallecido. Qué pena. Hoy me ha dado por ver imágenes de famosos que han sido operados recientemente y la verdad es que algunos son la versión Monster High de sí mismos. Meg Ryan, que nos encandiló en “Cuando Harry encontró a Sally” parece ahora la novia de Chucky. Qué decir de Mickey Rourke, Courtney Love o Michael Jackson. Y en casa, Letizia, la princesa de Asturias, Belén Esteban, la princesa del pueblo, o la princesa Spanish Horror Story Carmen de Mairena, quien por cierto está que trina. Si lo hubiera sabido en su momento, habría visitado, seguro, al doctor Gurdin y habría evitado males mayores.
Tuve un jefe de televisión que me dijo un día que la noticia tenía que exprimirse como un limón. Hasta la última gota. Y me pregunto qué más vamos a exprimir de la pobre Marilyn. Radiografías, embarazos, sexo en la cumbre de los Estados Unidos… Yo me quedo con una frase de la actriz de pestañas infinitas, aunque éstas fueran postizas: “vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso”. Sin embargo, aunque no pueda saberlo ya, cuántos de nosotros habríamos vivido con ella, o con James, o con Jim. Incluso nos habríamos fugado a la montaña para hacer la revolución con el Che Guevara, otro que debió tener un cadáver bien parecido. Su imagen más famosa ya ha superado los cincuenta años. Y ha sido una de las más reproducidas de todos los tiempos. No quiero hacer hoy el ejercicio de imaginar cómo serían si hubieran sobrevivido a su propia juventud. No quiero pensar ni por un momento que Marilyn, James o Jim, o el pobre Che estarían hoy vendiendo sus vergüenzas en cualquier reality. Ellos no. Bendita eternidad.