Desde hace algo más de 2 años mantengo un programa de radio semanal, de crecimiento personal, dirigido por el periodista Paul Carcavilla en Radio Tudela, lo
llamamos “Antorchas en la Niebla”.
Esta semana nos despedimos de los oyentes hasta septiembre, para poder descansar unas semanas y desconectar un poco, como hacemos cada año y la última pregunta que me hicieron en el mismo fue, ¿En tu opinión cual es la palabra del verano, para recibir a septiembre?
Claramente contesté que hay dos palabras claves en estos tiempos que nos están tocando vivir, la primera es incertidumbre y la segunda adaptación al cambio. Un agosto extraño como el que nunca habíamos vivido, que nos pide más que nunca, llevar acabo nuestra política de vivir el aquí y el ahora, porque si nos ponemos a pensar en que pasará en septiembre, podemos volvernos locos.
La incertidumbre respecto a si podrán trabajar todas las personas que están en ERTE este invierno, la incertidumbre de no saber si los niños volverán al colegio y si dudará mucho esta vuelta, de un anunciado octubre horríbilis y un invierno catastrófico.
El no saber como pasar este duelo del paraíso perdido, ese paraíso que utópica todos queríamos mejorar y pensábamos que era catastrófico y ahora lo vemos como la mejor situación que se podía tener.
Se nos ha olvidado la crisis económica que ya imperaba en “ese paraíso”, la falta de valores personales y ese mundo que no nos gustaba y ahora, como quien alegoriza un mundo utópico, todos añoramos.
Sin embargo, lo cierto es que realmente lo que tenemos es miedo a no poder controlar lo que nos ocurre, porque la vida nos ha demostrado que no somos dueños de nada, ni de nadie.
No somos dueños de nuestra propia vida, de nuestra salud, de nuestro futuro y por supuesto, ni de nuestro destino y esto nos hace temblar y sentirnos confundidos.
Una vez más la vida nos ha demostrado que tenemos que soltar, que no merece la pena ser controladores, porque cuando menos nos lo esperamos, viene ella y nos da la vuelta a todo lo que tanto tiempo nos ha costado construir.
Ahora es el momento de vivir este caluroso mes de agosto, de disfrutar de nuestros amigos y compañeros de viaje, de sentirnos unidos con la naturaleza y de intentar
respirar el aire que podamos tras las mascarillas.
Porque queridos amigos, no sabemos lo que ocurrirá el mes que viene, ni de que viviremos, ni como, ni si valdrá de nada todos los esfuerzos, por eso es le momento de
vivir el momento presente, de soltar el control de nuestras vidas y de planificar solo lo que haremos mañana, o como máximo la semana que viene. Esto no significa que no disfrutemos de la vida, sino todo lo contrario, esto tiene que ser un momento para, gozar, bailar, besar y amar sobre todas las cosas y más que nunca.
Es el momento de dejarse llevar por las emociones y por lo que realmente nos resuena por dentro, porque el mañana, ahora más que nunca, es incierto, les deseo a todos mis queridos lectores, un agosto formidable, un descanso merecido y prepararse mentalmente para volverse personas resilientes y unos fantásticos gestores del cambio y de la adaptación, porque este otoño necesitaremos más que nunca ponernos en marcha y manos a la obra para salir hacia adelante.
¡Feliz agosto a tod@s nuestros lectores!, yo desde aquí seguiré manteniendo las Antorchas en la Niebla.