Bauzá no puede rendirse

En momentos como este, nuestra sociedad tiene que ser lo suficientemente madura como para reaccionar al unísono. Lo ha demostrado en el asunto de las prospecciones petrolíferas, sumando fuerzas políticas, sectores sociales y empresariales y debe demostrarlo, con más ahínco si cabe, en el tema de la financiación.

Resultaría intolerable que una sociedad que ha experimentado la dureza de una crisis sin precedentes, en la que la pobreza se ha hecho más visible que nunca, con un déficit de infraestructuras clamoroso y con decenas de proyectos paralizados por falta de financiación, siga siendo objeto de la injusticia permanente a la que los distintos gobiernos estatales -populares o socialistas, que para el caso es lo mismo- nos viene condenando en materia de distribución de los recursos económicos públicos.

Ya está bien. Prou. Si Bauzá no quiere que Balears se convierta en un segundo foco de independentismo, en este caso, con fundamento básicamente económico, -opción que cada vez es menos descabellada- tiene que atarse los machos y, en nombre de toda la sociedad de las islas, acudir a Madrid no como el eterno aspirante a que le hagan caso, sino con la enorme legitimidad que las urnas le dieron en mayo de 2011 y como Presidente de todos los ciudadanos de las Illes Balears, a exigir una solución justa.

Y Armengol y el resto de la oposición tienen que aguantarse las ganas de sacar una tajada coyuntural de este asunto y dar todo su apoyo al President para que este acuda a Madrid a cantarle unas cuantas verdades al gobierno.

Bauzá no puede rendirse y, más allá de las discrepancias políticas que existan en otras muchas materias, esta vez tiene que ponerse las plumas del jefe indio e ir a negociar en nombre de toda la tribu, sin importarle de qué partido sea el ministro que tiene enfrente.

Si unos y otros no lo hacen así, a buen seguro que las urnas se lo harán pagar muy caro a todos ellos.