Bauzá puede con el déficit
viernes 21 de marzo de 2014, 18:59h
El Govern Bauzá ha conseguido un éxito extraordinario. Ha conseguido que el déficit autonómico hasta el 1,3 por ciento del PIB cuando el límite permitido para Balears era del 1,47 por ciento. Este camino de contención ya cosechó avances muy importantes el 2012 que han certificado los resultados del año pasado.
Bauzá ha impuesto una política de austeridad, de sacrificios muy importantes, de reducción del gasto público hasta el máximo. Es un camino difícil, impuesto además por el Gobierno central. No es nada sencillo dirigir un Ejecutivo en estas condiciones. Se ha de mantener muy firme el timón mientras se reducen empresas públicas o se producen protestas desde diferentes sectores sociales.
Pero toda apuesta por la austeridad y el ahorro acaba por recoger sus frutos, sencillamente porque se crean las condiciones objetivas para una sólida recuperación. Sólo una sociedad saneada está en condiciones de afrontar el futuro con garantías y con confianza. Bauzá lo está consiguiendo.
También cabe alabar a una sociedad balear que ha dado sobradas muestras de coraje ante la depresión. Se soporta con estoicismo una carga impositiva muy fuerte; se hacen esfuerzos para sacar adelante nuevas inversiones; no pocas empresas se aguantan con la punta de los dedos. Todo ello es posible partiendo de la convicción de que vendrán tiempos mejores y de que las penurias y la capacidad de resistir de los últimos años no habrán sido en balde.
Otro factor a tener muy en cuenta es el magnífico comportamiento del sector turístico, que ha demostrado una solidez impresionante. Sin el vigor de este sector, ahora las cosas serían muy diferentes.
Pero lo más importante es que Bauzá ha mantenido firme el timón de la austeridad contra viento y marea. Eso es lo que ha marcado la diferencia de verdad. Desde esta evidencia, cabría recomendarle que mantenga su coraje ante Madrid. Estos datos del 2013 son tan esperanzadores que no deberían tener como respuesta un nuevo menosprecio con la financiación autonómica. Es hora de exigir al máximo posible. Quien cumple debe ser recompensado. Y este es el caso de Balears.
Pero junto a sus avances indiscutibles, hay un borrón en la política desarrollada por Bauzá durante estos años. Vista su incuestionable capacidad de ahorro, ojalá se hubiera ahorrado el conflicto educativo y social a raíz de la imposición del TIL y de la Ley de Símbolos. Simplemente, era un pleito que sobraba porque se planteó como un reto a los docentes y al mundo indelectual cuando no hacía ninguna falta. En política, y en tiempos de crisis, el ahorro es fundamental, tanto de recursos públicos como de conflictos que al final a nada conducen como no sea a la crispación inútil.