Bauzá predica con el ejemplo al publicar su renta

Bauzá nunca habla, ni anuncia, ni se vanagloria de que hace pública su declaración de la renta. Predica con el ejemplo. Este año ha vuelto a cumplir, una vez más. Ofrece así un nuevo servicio  a la transparencia pública, que ha de ser la principal divisa de todos los políticos que ocupan cargos de responsabilidad. El Archipiélago sabe ahora que ha ganado como primera autoridad de las Balears. Y el saber es el alimento del sistema de libertades y el sustento de la tolerancia.

Para Bauzá no ha sido éste un camino sencillo. Durante años ha mantenido un contencioso ante los tribunales por la cuestión de su farmacia tras ser demandado por la oposición. Finalmente, y después de tener que hacer frente a durísimos ataques, el Tribunal Superior de Justicia le dio la razón hace unos meses.

A Bauzá se le podrán criticar decisiones y actuaciones en el ejercicio del cargo, igual que a la totalidad de servidores públicos, pero lo indudable es que desde una perspectiva de coherencia personal está dando una lección. No quiere oscurantismos en todo lo que signifiquen nóminas o emolumentos ligados al ejercicio de la política. Podrán gustar o no gustar sus ideas, pero nadie puede discutir su voluntad de nitidez y su esfuerzo por llevar a cabo sus compromisos.

En su paso por el Consolat está dejando un legado que sin duda, cuando llegue el día, obligará a sus sucesores a hacer lo mismo. Se han acabado los tiempos de la opacidad, cuando el pueblo no tenía claro a qué se jugaba de verdad puertas adentro del edificio presidencial. En aquel viejo estilo, que tantas dudas generaba, se encuentra la génesis de muchos de los desastres que han acontecido posteriormente.

Por eso es tan importante dar publicidad a la declaración de la renta. Es la explicitación de un estilo, de una imagen, de un comportamiento el cual acaba por dignificar el conjunto de la acción de gobierno. También muchas de las críticas que ha tenido que soportar caen por su propio peso. En democracia la transparencia desarma a los opositores y enaltece al que la practica. Otra cosa son los valores que se defienden, donde la discrepancia es obligada, pero eso entra ya dentro del libre juego democrático. pero lo más importante es demostrar que quien manda es de una pieza en su rectitud y en su coherencia.