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Bauzá e Isern: debe imperar la concordia

sábado 12 de abril de 2014, 18:48h

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Es una evidencia que las relaciones entre el president José Ramón Bauzá y el alcalde Mateu Isern atraviesan momentos muy bajos. Isern ha admitido que tiene maneras de gestionar "diferentes" a las de su presidente. Por su parte, también es palpable la frialdad que se brindan ambos en cada acto público al que acuden últimamente. ¿A que se debe este malestar? ¿Se trata de caracteres muy diferentes que indefectiblemente han de acabar chocando a medida que desarrollan sus tareas institucionales? ¿O es acaso una pugna por el liderazgo del futuro? Es difícil saber en estos momentos hasta donde llegan los subjetivismos o cuantas dosis de carga política objetiva hay en este complicado pleito. En todo caso, el perjudicado es el PP, que goza de mayoría absoluta en casi todas partes y que ahora ve como contradicciones internas le pueden hacer perder votos de cara a las próximas citas electorales.

Se comenta que la tensión Bauzá-Isern podría venir dada porque las encuestas le son más favorables al alcalde que al president. Bauzá ha asumido desgaste por la cuestión educativa ligada a la enseñanza de la lengua propia mientras que Isern ha ido con mucho cuidado para no entrar en polémicas en esta espinosa cuestión. ¿Se ve Isern con más posibilidades y fuerza que Bauzá para asumir en el futuro el liderazgo del PP Balear?

Todas las ambiciones políticas democráticas son legítimas, pero dentro de un orden y de lo cauces correctos. Sin aspavientos. Lo más importante ahora tanto para Bauzá como para Isern es que impere la concordia, dar buena imagen ante la sociedad y dejar de ser carnaza mediática cuando no hace ninguna falta. De esos enfrentamientos internos en política siempre suelen haber muchos más perdedores que ganadores.

Se impone un gesto de reconciliación por parte de ambos. Eso es lo único que devolverá la tranquilidad a los cargos institucionales intermedios y a las bases. Tiene que ser un gesto franco y abierto, que demuestre que se pueden curar las heridas, que se han acabado las zancadillas y que ambos miran por el bien de su partido y de la sociedad a la que sirven. A partir de esta concordia, será el tiempo y el buen hacer en la gestión pública el que deje a cada uno en su sitio.

Balears vive horas esperanzadoras. La recuperación económica comienza a ser un hecho incuestionable, regresa el optimismo. En este contexto no tienen a priori cabida enfrentamientos entre el presidente del Govern y del PP y el alcalde de Palma. Deben hacer un esfuerzo para reconciliarse. Muchos pierden si ellos se dedican a cortarse las alas el uno al otro. La máxima expresión de la talla política es la generosidad.