No salgo de mi sorpresa: leo en El Mundo que desde hace meses una oficina de empleo de Calvià tiene colgado el anuncio de “Se busca recepcionista” que sigue sin lograr ser cubierto. ¿Qué piden? Idiomas y ese es un obstáculo insalvable. La cuestión nos revela y denuncia cómo el sistema educativo de Baleares ha sido incapaz de enseñar idiomas a sus ciudadanos, cómo no hemos sido capaces de inyectar en los jóvenes la curiosidad por conocer otras lenguas, de que entiendan que allí nos jugamos mucho.
Así, pues, hace meses que un hotel de Illetas sigue buscando un profesional que, además de lo que hay que saber de recepción, domine los idiomas de los clientes más habituales de la zona que, como sabrán, no es ni el tagalo ni el mandarín, sino idiomas europeos alguno un poco complicado, pero al fin y al cabo cercanos.
Pues ese es nuestro panorama y nadie nos anuncia que lo va a corregir. Eso sí, entre nosotros nos seguimos matando por la lengua.