Día nefasto para la democracia, para la democracia interna en los partidos políticos. Resulta que el aparato cometió un error, ha habido alguien que sumó mal, algún voto comprometido se rajó y, al final, el congreso del PSOE de Ibiza salió contrario a los designios de la dirección. ¿Cómo puede aceptarse que el congreso no haga lo que está previsto?
Así que, ayer, sin cortarse ni un pelo, se decide anular esa ceremonia de la que sale la dirección, porque el resultado no era el que se esperaba. ¿Dónde se ha visto esto de perder?
En el ejercicio de la libertad, los ibicencos debían haber elegido a la candidatura oficial. Y van, locos ellos, y
se desvían del camino. Es que no se puede uno distraer ni un minuto.
¿Precio de esto? Cero. Cero porque lógicamente no serán otros aparatos los que abran la boca para criticar. Y porque hoy los ciudadanos tienen mucho más de lo que ocuparse que de las batallas internas que siempre quedan bajo la sombra de rencillas y envidias personales.