Un día después que el resto de España, Baleares vuelve este martes al confinamiento "ligero" después de dos semanas de parón de todas las actividades, a excepción de las denominadas esenciales. Dos semanas, como se ha calificado, de hibernación económica. Desde hoy, las islas regresan al primer escenario del estado de alarma en la que, entre otros, se permite la construcción en obras nuevas -no así de las reformas-. Las autoridades piden a los trabajadores desplazarse en vehículos privados pero para aquellos que no puedan y deban utilizar el transporte público, las Fuerzas de Seguridad reparten 256.000 mascarillas.
Baleares sale este martes de la "hibernación económica" y con ello recupera algunas actividades no esenciales que no se pueden ejercer mediante teletrabajo, como la construcción. Todas, eso sí, con estrictas medidas de seguridad que eviten el contagio de los trabajadores por la COVID-19. Otras actividades económicas como el comercio, los bares o las conexiones aéreas siguen paradas o limitadas.
Las fuerzas de seguridad han empezado la mañana de este martes a repartir mascarillas en estaciones de autobús y tren de Baleares, al reactivarse la actividad laboral no esencial en las empresas cuyos empleados no puedan teletrabajar.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en Baleares, se repartirán desde este martes alrededor de 256.000 mascarillas para trabajadores: 202.000 unidades en Mallorca, 22.000 en Menorca, 30.000 en Ibiza y 2.000 en Formentera. Están destinadas a trabajadores que tengan que desplazarse en transporte público para acudir a sus puestos de empleo, por lo que para ellos resulta más complejo mantener la distancia de seguridad.
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Se distribuyen en puntos del transporte público. Esta mañana, se han entregado en la Estación Intermodal de Palma, en Inca, en las estaciones de autobuses de Ibiza, Alaior y Mahón y en la Estación Marítima de Formentera.
Están participando en el reparto más de 150 efectivos de Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil. "Recuerda viajar protegido y manteniendo las distancias de seguridad necesarias", insiste la Delegación del Gobierno.
Además, de forma paralela, desde este martes se refuerza la presencia de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en las estaciones de tren y de autobús del archipiélago para comprobar que los movimientos sean solo los permitidos por el estado de alarma.
Desde el Gobierno de España y el Govern balear piden a los trabajadores que, en la medida de lo posible, se trasladen a sus empleos en vehículos propios o incluso enbicicleta para evitar habitáculos cerrados con otras personas. Sin embargo, la imposibilidad de recurrir a estos medios y la necesidad de tomar el autobús, el metro o el tren para llegar al trabajo ha obligado a poner en marcha un plan de reparto de mascarillas que ya este lunes arrancaba en el resto del país.
NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA: EL CONFINAMIENTO CONTINÚA
El archipiélago regresa así al primer escenario implantado por el estado de alarma a mediados de marzo a causa del coronavirus: la de un país confinado que, o bien sigue trabajando desde casa o en la calle con estrictas medidas de seguridad, o bien ha tenido que reducir o parar su actividad.
El mismo presidente Pedro Sánchez lo dejaba claro este fin de semana: el confinamiento persiste y continuará como mínimo otras dos semanas. Lo único que ha finalizado, destacó, es la "medida extrema de la hibernación".
Pero el regreso a la normalidad será progresivo y muy cauteloso y medidas de flexibilización que algunas comunidades autónomas o asociaciones han pedido, como la de los permisos de paseos de una hora para los niños, deberán aún esperar.
En cualquier caso, Sánchez no ha descartado que las restricciones actuales puedan mantenerse o reforzarse una vez concluya la prórroga del estado de alarma el próximo 26 de abril.
Todo dependerá de la evolución de la pandemia, ha agregado Sánchez, quien, de todos modos, ha asegurado que ya hay datos "alentadores" que permiten afirmar que se han dado los "primeros pasos decisivos" hacia una victoria en la lucha contra la COVID-19.
Algunos presidentes autonómicos, como los nacionalistas y los del PP, han reclamado a Sánchez mayor participación en la toma de decisiones frente al coronavirus y han alertado del peligro de que repunten los contagios con la vuelta al trabajo.
Desde Cataluña, Quim Torra ha reclamado que se prorrogue la parálisis al menos dos semanas más y ha considerado "una temeridad y una imprudencia absoluta" que se vuelva a la actividad en algunos sectores.