El Consorcio de Recuperación de Fauna de Baleares (Cofib) ha iniciado el primer estudio sobre dos de las especies de raya más amenazadas del Mediterráneo. Se trata de un estudio abierto a la particpación ciudadana y que podría ampliarse a otras especies a medio plazo.
El Cofib ha iniciado el primer estudio sobre las poblaciones de algunas especies amenazadas de elasmobranquios en el archipiélago.
El llamado proyecto Rajibal tiene una duración prevista de cuatro años y se marca como objetivo principal mejorar la información disponible sobre estas especies de cara a mejorar su estado de conservación.
El estudio se centra en dos especies protegidas que se encuentran muy amenazadas. Por un lado, la raya blanca (Rostroraja alba) y la mantelina (Gymnura altavela). Si bien, no se descarta la posibilidad de incluir otros elasmobranquios dentro de la investigación.
Hasta ahora, sólo se contaba con los datos recopilados de las campañas 'Medits' del Instituto Español de Oceanografía (IEO), el programa 'Dapera' del Gobierno y los avistamientos recogidos en diferentes plataformas de ciencia ciudadana, como 'Observadores del Mar' y 'The Meco Project'. Esta información ha sido muy útil para poder detectar en qué zonas se ha evidenciado su presencia y así poder acotar el área de estudio con fundamento.
A partir de esta información, se están llevando a cabo campañas en el mar para obtener nuevos registros y obtener muestras para su análisis.
Por un lado, en cuanto a la raya blanca, se está colaborando con los pescadores que trabajan en las zonas de interés, para que aporten datos en caso de captura accidental y para efectuar campañas a bordo de sus embarcaciones para el registro y muestreo de las posibles capturas.
Por otra parte, en cuanto a la mantelina, se están realizando transectos subacuáticos buceando para registrar nuevos avistamientos y, al ser posible, muestrear algunos ejemplares.
Además, se utilizará un vehículo submarino a control remoto para estudiar y conocer mejor los tipos de fondo marino en los que se encuentran estas especies.
Paralelamente, a lo largo del proyecto se continuará difundiendo la importancia de compartir los avistamientos a través de las plataformas de ciencia ciudadana o desde los propios centros de buceo, donde se ha colocado material divulgativo.
Para quien no conozca estas plataformas, también se puede informar de avistamientos de la raya blanca (Rostroraja alba) o bien de la Mantelina (Gymnura altavela) en el correo faunamarina@cofib.net o en el teléfono 625 03 77 22, intentando siempre adjuntar una fotografía.
Con la combinación de estas metodologías, y contando con la colaboración de pescadores y ciudadanía, se quiere conocer mejor cuál es el hábitat de estas especies y qué uso hacen durante el año, así como ampliar la información sobre la misma su biología y su comportamiento. Los resultados obtenidos serán de gran utilidad para evaluar el estado de sus poblaciones y diseñar posibles estrategias de conservación si se considera indicado.
Los tiburones y las rayas son el grupo de peces más amenazados, ya que, de acuerdo con los informes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), más de la mitad de sus especies se encuentran en peligro de extinción, tanto en el mar Mediterráneo como en el mar balear. Estos animales tienen una gran importancia dentro del equilibrio de los ecosistemas marinos, pero su baja resiliencia les hace ser muy vulnerables a los factores ambientales y a los impactos antrópicos, por lo que resulta primordial tomar medidas para su conservación.
La raya blanca (Rostroraja alba) es una raya de gran tamaño, que puede llegar a medir más de dos metros de largo, y se alimenta de peces, cefalópodos y crustáceos. Es una especie bentónica, que a menudo se encuentra sobre fondos arenosos, entre unos 10 y 500 metros de profundidad.
La mantilla (Gymnura altavela) también es una raya grande, su disco puede medir más de dos metros de ancho, y se alimenta de peces, crustáceos y moluscos. Habita fondos arenosos o de barro pero en aguas más someras, sin superar los 150 metros de profundidad.
Ambas especies se ven afectadas por la pesca artesanal y de arrastre, están protegidas en España y catalogadas como especies en peligro y en peligro crítico en el Mediterráneo, respectivamente, por la Lista roja de la UICN.
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